El siguiente artículo relata la historia del Banco de Londres y México de 1864 a 1940.

El 27 de abril de 1864, durante el Segundo Imperio de México, arribaron al Puerto de Veracruz Guillermo o William Newbold y Roberto Geddes, fundadores de la primera institución bancaria exitosa en México.

Desde antes de su llegada a México los empresarios ingleses ya se habían puesto en contacto con las casas comerciales de origen Europeo de mayor relevancia en México, como Manning & Mackintosh (antes Manning & Marshall), representante de la Banca Barings, lo cual facilito las redes de contacto que al poco tiempo se emplearían para operar sucursales del Banco de Londres y México en el interior de la República.

Resulta interesante conocer que originalmente el nombre que se planeaba para la institución era “Bank of Mexico Limited”, sin embargo, los banqueros ingleses tuvieron que cambiar el nombre de la futura institución bancaria, al hacerse públicas las negociaciones que el Comité Financiero Mexicano entablaba con la Regencia para fundar un banco con el mismo nombre.

La prensa reporto con emoción la llegada de los inversionistas ingleses representantes del banco inglés “The London Bank of México and South América Ltd.”, hasta entonces los más recientes intentos de establecer un banco en México fueron aquellos encabezados en enero de ese mismo año por Michel Heine y Juan Nepomuceno, para establecer el denominado “Banco de México”, que si bien estuvo autorizado por la Regencia del Imperio, Maximiliano nunca llego a sancionar tal decreto, dejando libre la puerta a nuevas incursiones financieras para establecer un banco. (Para mayor información de este banco CLICK AQUÍ).  

El Banco tuvo como su primer domicilio el número 3 de la Calle Capuchinas (hoy Venustiano Carranza) en el Centro de la Ciudad de México.

Antonio Manero en su obra «El Banco de México. Sus orígenes y fundación» de 1926 (p. 35), menciona que la historia de los bancos de emisión en México comprende tres períodos claramente clasificables:

1864 a 1897 – Período de formación, casi anárquico, en que cada banco está regido por leyes o contratos especiales, con diferentes términos y prerrogativas.

1897 a 1915 – Período de homogeneidad en el sistema bancario, y en el cual todos los bancos quedan sujetos a una Ley General.

1915 a 1925 – Período de la reforma. Liquidación del sistema de pluralidad de bancos; preparación hacia la unidad de emisión y fundación del Banco de México.

El 22 de junio de 1864 Newbold y Geddes registraron como una filial o sucursal de un banco Inglés a su empresa, en el libro de comercio del Tribunal Mercantil de la Ciudad, al amparo del Código de Comercio de 1854, que carecía de un apartado específico para actividades bancarias. La administración imperial liberal vio con buenos ojos el establecimiento y correlativa concesión a este banco ya que al ser el capital inglés, no francés, podría haber diversidad de inversionistas, y así el emperador no estar supeditado a franceses únicamente.

El sitio web «H-Bancaria», sobre la historia bancaria de América Latina y España es una gran herramienta para todo aquel interesado en temas como el descrito en este artículo: https://hbancaria.org/ 

El Banco de Londres México y Sudamérica empezó sus actividades al público el 1 de agosto de 1864, (aunque desde el 1 de julio comenzó a operar, esperando un mes para completar su sistema de sucursales y así abrir al público), como sucursal de un banco inglés denominado “The London Bank of México and South América Limited.”, contando con un capital de 10 millones de pesos, o 2 millones de libras esterlinas. La matriz en Reino Unido no se limito a la sucursal Mexicana, también operó en las misma fechas establecimientos en Colombia, Perú y Chile.

Para finales de 1864 el banco inició la primera red de sucursales, con oficinas en Zacatecas, Guanajuato, Veracruz, Tampico, San Luis Potosí, Morelia, Matamoros, Puebla, Colima y Durango, metrópolis que se distinguían por ser centros mineros, puertos o de notables actividades comerciales, en tan solo 5 semanas (del 22 de junio al 1 de agosto) se arregló la creación de la primera red de sucursales bancarias del país.

Para conocer más de los inversionistas Ingleses en México se invita a leer el libro «La deuda externa de Latinoamérica» por Carlos Marichal. Click en la imagen para descarga.

La diversificación de funciones del Banco fue veloz, en 1865 ya manejaba los intereses de los acreedores ingleses de deuda externa residentes en México, encargándose de operaciones mercantiles con bonos y recepción de pago de réditos por parte del Gobierno. En 1890 el Banco solicito de manera oficial al Comité de Tenedores de Bonos en Inglaterra que el banco fuese designado agente de los tenedores de bonos en México, sin embargo el Presidente Edward Pleydell Bouverie rechazo la propuesta, argumento el Banco no era tan influyente.

Con un capital inicial de 10,000,000 pesos los fundadores anunciaron que su banco realizaría todo tipo de operaciones mercantiles y bancarias como:

1. El descuento de letras de cambio. (anticipar el dinero del pago, antes de su vencimiento para ganar liquidez inmediata).
2. Hacer prestamos de dinero con garantías de propiedades o productos que el Banco estime satisfactorios, con el interés y el plazo que mutuamente se acuerde.
3. Depósitos de dinero por interés y plazo definido.
4. Abrir cuentas corrientes sin cargo.
5. Descontar libranzas de comercio y negociar letras de cambio internacionales.

Respecto a la emisión de billetes, novedad en México, estos fueron bien recibidos, ya los Mexicanos con anterioridad estaban acostumbrados a dinero fiduciario, títulos de crédito como letras de cambio, pagares, libranzas, etc, la primera emisión del 13 de febrero de 1865, se constituyó en 1,400 billetes de 5 pesos, por un total de 7,000 pesos (otros autores varían la cifra).  Ese mismo año se liberaron nuevas denominaciones de 10, 20 y 50, pesos, en 1866, 100 y 500 pesos, y en 1867 los de 1,000 pesos.  En sus inicios siempre se trató de  asegurar el cambio de billetes por plata a la par.

Los estudiosos en la materia afirman que son 5 series de billetes aquellos emitidos por el Banco de Londres y México. Todos los billetes hasta 1886 fueron firmados (como gerente) por W.H. Morrison, en 1887 es reemplzado por Henry C. Waters, (también como gerente).

1.PRIMERA EMISIÓN- Aquellos emitidos de 1865 a 1867, unifasicos (impresos por sola una cara), de manufactura Inglesa, por J. H. Sanders (otros autores mencionan el fabricante se puede tratar de William Morrison and Sons). Se imprimieron en su primera emisión (1865) 1,400 pesos, sólo en denominación de 5 pesos, por lo que serían 280 piezas. 

Este billete es de gran importancia, siendo el primer papel moneda emitido y aceptado exitosamente en México, conociéndose a la fecha menos de 3 ejemplares para la primera fecha del 15 de febrero de 1865, los dos ejemplares mostrados son del 13 de febrero de 1866 y el 15 de noviembre de 1867. 

2. SEGUNDA EMISIÓN.- Billetes impresos por Bradbury Wilkinson and Company de Londres de 1871 a 1882. En las 6 denominaciones antes mencionadas, aunque a la fecha solo se han reportado ejemplares de 5 y 10 pesos.

La segunda serie es la primera vez que se introduce un elemento mexicano en papel moneda, en este caso la efigie del lado izquierdo de Moctezuma.

Adicionalmente existe una segunda serie análoga impresa por “De la Rue y Compañia Londres”, de 1871, (otro autores mencionan el impresor fue Perkins Beacon & Company) los billetes -que no llegaron a circular- guardan gran similitud con aquellos emitidos por el Banco de Londres y México sucursal Lima Perú, sin embargo en el caso mexicano, se limitó a especímenes no circulantes, en denominaciones de 5 y 10 pesos.

3. TERCERA EMISIÓN.- Son los billetes elaborados por la American Bank Note Company de Nueva York entre 1883 a 1889, se conocen ejemplares de 2, 20, 50, 100, 500 y 1,000 pesos.  Como dato interesante el billete de 2 pesos de la imagen siguiente conserva el mismo diseño que el de 2 soles que circuló en la sucursal de Perú de 1866 a 1873, incluso el gerente que firma es el mismo.

En el caso de la tercera serie impresa en Nueva York por la American Bank Note Company es importante mencionar que los billetes fueron mandados a imprimir antes de ser lanzados a circulación, siendo que los primeros pedidos guardan antecedentes en agosto de 1866, antes del cambio a la familia que ostenta el busto de Benito Juárez la tercera y cuarta serie se imprimió por el fabricante de 1866 a 1881, con los siguientes registros:

• 2 pesos, 50,000 piezas, único pedido en julio de 1883.
• 20 pesos, 45,000 piezas, 6 pedidos de enero de 1869 a octubre de 1881.
• 50 pesos, 22,000 piezas, 8 pedidos de noviembre de 1868 a octubre de 1881.
• 100 pesos, 18,000 piezas, 8 pedidos, de agosto de 1866 a octubre de 1881.
• 500 pesos, 2,700 piezas, 5 pedidos, de agosto de 1866 a julio de 1879.
• 1000 pesos, 3 pedidos, de agosto de 1866 a abril de 1875.

Los diseños fueron los mismos (para toda la familia) de aquellos impresos en la sucursal de Lima, Perú.

4.- CUARTA SERIE.- Aquellos fechados e 1 de septiembre de 1887 e impresos por la Bradbury & Wilkinson, Londrés, Inglaterra, en denominaciones de 5 ,10, 20, 50, 100 y 500 pesos con la efigie del Presidente Benito Juárez.

5. QUINTA SERIE.- Aquellos emitidos de 1889 a 1914, impresos por la American Bank Note Company de Nueva York, en cuanto a los valores de 5, 10, 20, 50, 100, 500, y 1,000, las piezas de 1 y 2 pesos, por la Bouligny and Schmidt de la Ciudad de México. La última emisión de billetes estuvo fechada el 14 de febrero de 1914. Esta serie fue la más exitosa y abundante en cuanto a elaboración se refiere:

Esta fue la primera serie en la que se omite el sufijo «Sudamérica», fueron liberados a la circulación el 5 de enero de 1890, la primera denominación en circulación fue 20 pesos, posteriormente 50 y 100 pesos, aunque están fechados desde 1889. Se pueden encontrar (al igual que otras series) firmas manuscritas (no impresas), incluso por arriba del folio 35,000.   

Los montos de impresión que se tienen registrados para la quinta y ultima emisión son los siguientes:

Denominación:	Cantidad impresa:	Fechas de impresión:
5	2,120,000	septiembre de 1889 a febrero de 1914.
10	1,090,000	septiembre de 1889 a febrero de 1914.
20	475,000	septiembre de 1889 a febrero de 1914.
50	254,000	septiembre de 1889 a febrero de 1914.
100	220,000	septiembre de 1889 a febrero de 1914.
500	40,500	septiembre de 1889 a marzo de 1914.
1,000	20,850	septiembre de 1889 a marzo de 1914.

Los pedidos de febrero de 1914 para las denominaciones de 5, 10, 20 y 50 pesos nunca llegaron a ser entregados al Banco.

Al triunfo de la República con Benito Juárez se temió anulara el permiso de operación del Banco de Londres y México al ser este de origen “Imperial”, sin embargo por el progreso y desarrollo económico que propiciaría la organización su concesión para continuar operando fue confirmada por el Gobierno Republicano el 20 de agosto de 1867.

La cantidad de billetes que el Banco de Londres y México pudo lanzar a circulación se vio siempre a la sombra de lo que logró el Banco Nacional de México desde su creación en 1884, mientras esta institución por cada 100 billetes manejo montos de hasta 67, el Banco de Londres y México despego hasta 31 de 100. Empero, para 1910, estos dos bancos manejaban aproximadamente el 75% del total de los depósitos bancarios. (Para más información del Banco Nacional de México CLICK AQUÍ)

Para 1910 el banco reportaba un capital de 21.5 millones de pesos y una circulación de billetes de 416,292,016 pesos (Manero, 1926, p. 49)

Otra novedad en servicios financieros que la casa bancaria introdujo fue el uso de cheques, la comercialización como remesas al exterior de pesos de plata mexicanos, el depósito bancario y la póliza de seguros.

El Banco de Londres y México comenzó con las primeras complicaciones de operación cuando el Gobierno Federal intervino como árbitro y regulador del comercio entre los bancos, lo anterior debido a los privilegios que se le concedieron al recien creado Banco Nacional Mexicano el 16 de agosto de 1881, se estableció que únicamente sus billetes podrían ser recibidos en oficinas de gobierno.

Ante la falta de un ordenamiento legal que reglamentara las múltiples concesiones y autorizaciones para aperturar y brindar servicios financieros el 15 de abril de 1884 se promulga el nuevo Código de Comercio, la nueva ley prohibía las operaciones de banco extranjeros en el país y otorgaba la concesión exclusiva para emitir billetes al Banco Nacional de México (surgido en 1884 con la fusión del Mercantil y Nacional Mexicano), lo cual dejaba al Banco de Londres y México fuera de la jugada con 20 años de experiencia. (para conocer más de la legislación bancaria de la época CLICK AQUÍ)

La controversia duró más de dos años de 1884 a 1886, ¿moriría el Banco de Londres y México?, se generó un debate entre la conveniencia de la pluralidad de Bancos emisores u optar por solo uno (una especie de cuasi Banco Central).  Por un lado los banqueros franco-españoles, consentidos por el Gobierno y por el otro los capitales Ingleses representados por el Banco de Londres.

La pugna concluyó con la compra por parte del Banco de Londres y México del Banco de Empleados el 20 de agosto de 1886, una pequeña institución insignificante con reducidos capitales que era un banco de burócratas al servicio del estado, al cual se le autorizó la concesión el 15 de junio de 1883, su particularidad era su misma y valiosa concesión federal , así por 130,000 pesos el Banco de Londres  México y Sudamérica oficialmente “se mexicaniza” de ser una sucursal de un banco Inglés se transforma en un banco nacional, por lo que pierde el sufijo “y Sudamérica” a solo Banco de Londres y México, (de manera oficial desde 21 de agosto de 1889), posteriormente la legislación “es suavizada” por medio del nuevo Código de Comercio de 1889 que derogó el anterior y velo por la pluralidad bancaria.

Si al Banco de Londres se le permitió tomar la concesión de otro banco no solo fue posible por la astucia legal del momento, sino también por haberse desempeñado de una manera honorable, cumpliendo todos sus compromisos contraídos en sus más de veinte años en funcionamiento. (Lagunilla Iñarritu, 1981)

El tratadista Heliodoro Dueñes comenta respecto a esta situación lo siguiente:

…el banco presento una demanda de amparo contra esta disposición (el Código de Comercio), alegando que una nueva ley sería aplicable a bancos que se establecieran después de promulgada, pero no a los ya establecidos…

En el escrito de amparo […] se hizo resaltar la ligereza con la que obraba el Gobierno, mencionando que desde la primera concesión del Banco Nacional, se comprometió a no permitir en un plazo de 50 años el establecimiento de otro banco emisor en el país, con lo que automáticamente constituyó un monopolio en favor del concesionario, violando abiertamente el artículo 28 de la Constitución, que prohíbe los monopolios y que, no obstante su promesa, siguió dando concesiones a otros bancos, con lo cual se ponía de relieve la inconsistencia de las leyes en México y se comprobaba que la libertad de comercio era mentira.

El mismo escrito hacía hincapié en que no se podía privar, a los bancos establecidos ya, de los derechos que les habían sido reconocidos por muchos años anteriores. Con la llegada de Díaz al poder de nuevo en 1884 dándose cuenta de la trascendencia política que traería consigo la valiente defensa del Banco de Londres, los persuadió de desistir del procedimiento judicial, avalando se hicieran con la concesión del Banco de Empleados, además; con tal nueva prerrogativa podrían ejercer nuevas funciones como:

1.-Aumentar emisión de billetes;

2.- Girar, comprar, vender, negociar letras de cambios, libranzas, cheques o mandatos de pago a nivel nacional o en el extranjero; y

3.- Recibir certificados de depósitos y bonos de prenda, pudiendo hacer préstamos con garantía de dichos instrumentos hasta por seis meses.

Respecto a esta poco conocida institución, el Banco de Empleados mando a imprimir a la Bradbury & Wilkinson de la Ciudad de México billetes muy parecidos a los de la primera emisión del Banco de Jalisco en denominaciones de 5, 10, 20, 50, 100 y 500 pesos, todos son especímenes que no circularon.

Otra acción que tuvo que ejecutar el Banco para sellar su proceso de internamiento a la legislación nacional fue dejar de ser 100% de inversionistas ingleses, por lo que un 33% de las acciones fue vendido a Tomas Braniff, Juan Lamedo e Ignacio de la Torre y Mier, constituyéndose como una sociedad de responsabilidad limitada en julio de 1889. Aun así, seguía siendo un establecimiento con mayoría de capitales ingleses. Esta segunda fase o etapa, posterior a la compra de la concesión fue lo que realmente hizo posible la continuidad en emisión de billetes.

El Banco de Londres y México fue intermediario para la compra de metal de cobre en Londres para la fabricación de monedas de 1 centavo en ese mismo metal. Ejemplo de lo anterior fue la autorización concedida por el Poder Ejecutivo por decreto del 10 de mayo de 1886 para adquirir cien toneladas de cospeles de cobre para moneda de 1 centavo. Lo anterior siendo que existía una insuficiente cantidad de moneda, que se demanda entre la población. Según se desprende de la Memoria de la Secretaria de Hacienda correspondiente al ejercicio fiscal de 1886 y 1887.

En 1891 se aumentó su capital a 5 millones de pesos, emitiendo 30,000 acciones de $100 pesos cada una, en 1896 se autoriza otro ascenso del capital a 10 millones de pesos, en 1899 a 15 millones de pesos, en ese mismo año el mismo Presidente Porfirio Díaz se vuelve accionista del banco, suscribiendo 250 acciones.

La Ley General de Instituciones de Crédito de 1897 regularizo formalmente la situación bancaria de las 23 instituciones de crédito emisoras de billetes en aquella época, así como poner en estado de igualdad (en cuanto a emisión y capital) al Banco Nacional de México y al de Londres de México, ese mismo año se apertura las sucursales de Mazatlán y Morelia.  Para el año de 1900 el banco contaba con 11 sucursales y 11 agencias. (Para conocer más de la innovadora ley de 1897 CLICK AQUÍ)

En cuanto a bancos de emisión se refiere, podría pensarse que la existencia metálica, el respaldo de los billetes circulantes, sería más abundante en los bancos grandes (Nacional de México y Londres y México), sin embargo de 1895 a 1913 los bancos estatales sostuvieron garantías mayores que permitieron su consolidación y conversión efectiva con moneda. Como se muestra en la siguiente imagen, superando en algunos años el 100%, es decir, tenían más dinero fuerte (metales) en bóveda que billetes circulando, aunque la ley sólo les requería por fuerza el 50% (a los bancos estatales) y 33% a los nacionales (Solís Rosales, 2023).

El 10 de febrero de 1908 el Secretario Limantour emitió una circular a todos los bancos de emisión, de donde destaca lo siguiente: «…es la disponibilidad inmediata de los fondos y valores del establecimiento. No basta que un banco tenga en su activo numerario, valores y documentos que representen una suma mayor que el total de las responsabilidades; es preciso, además, que los valores y documentos puedan convertirse en cualquier momento en dinero efectivo por una suma que, unida a las existencias en caja, sea cuando menos equivalente al importe de los billetes en circulación, de los depósitos a la vista y demás créditos pasivos que deben pagarse a presentación. En otras palabras: las disponibilidades deben ser mayores que las exigibilidades» (Manero, A., 1926 p. 54)

De 1910 a 1913 inició la construcción del edificio sede del Banco de Londres y México en las calles Capuchinas y Lerdo, hoy en día Bolívar y 16 de Septiembre, proyecto de Miguel Ángel de Quevedo. El edificio era bastante grande, no todo fue ocupado por el banco, como ejemplo de lo anterior de 1914 a 1923 el Banco de Zacatecas rento oficinas para instalar ahí sus operaciones debido a la conflictivo de la Revolución. 

El fin del Porfiriato y la subsecuente administración de Francisco I. Madero realmente no trastorno las funciones del Banco, sería hasta finales de 1913 bajo la presidencia de Victoriano Huerta cuando comienza el caos, la multiplicidad de emisiones, los préstamos forzados, la salida de capitales, el déficit, la coerción y el derrumbe financiero. Desde 1914 todas las agencias y sucursales del banco mantenían sus puertas cerradas, a excepción de la matriz en la Ciudad de México y la del Puerto de Veracruz. (Para conocer más de los billetes revolucionarios CLICK AQUÍ).

Por decreto del 1 de octubre de 1913 la administración de Victoriano Huerta declaró de curso forzoso los billetes del Banco Nacional de México y Banco de Londres y México, así como la admisión obligatoria de los billetes de bancos locales en su respectivo estado, como resultado de esta medida los billetes bancarios se depreciaron , para diciembre de 1913 los tenedores buscaban su cambio por metálico. Para el fin de la administración de Huerta el banco había otorgado en prestamos el 54.4% de su capital al gobierno federal.

En tan solo dos meses de 1913 el Banco de Londres y México tuvo que reembolsar 18,000,000 de billetes en moneda, lo cual terminaría agotando sus reservas y poniendo en riesgo sus finanzas. (Solís Rosales, 2023).

Es durante la administración de Venustiano Carranza, por medio de la creación de la Comisión Reguladora e Inspectora de las Instituciones de Crédito, en operaciones desde 27 de octubre de 1915  que inician las auditorías a los establecimientos bancarios a fin de cerciorarse sus emisiones correspondan con los lineamientos de ley.

Al momento de que la Comisión auditara al banco este reporto en existencia en metálico $22, 141,685.10 pesos, como activo, mientras que billetes en circulación fueron $43, 553,099, como pasivo, sin embargo por su concesión de 1886 el banco tenía derecho para emitir hasta el doble de billetes de su existencia en metálico, es decir, el limite sería de $44, 283,370.20, estuvo dentro de los límites de ley por una diferencia de $730,271.20 pesos. El 16 de noviembre de 1915 se le autoriza al banco seguir operando. (Para conocer más del destino de lo bancos en la Revolución CLICK AQUÍ).

El 11 de diciembre de 1916 el Gobierno ordena que el Banco entregue todo su metálico, el acontecimiento acudió por la fuerza, quedando arrestados (temporalmente) las cabezas del banco, las barras de oro y plata, fueron llevadas a la Casa de Moneda de México para producir el tan necesario circulante. El Consejo de Incautación del Gobierno desconoció al Consejo de Administración del banco. Poco más de 8 millones de pesos fueron sustraídos en un solo golpe.

Finalmente en diciembre de 1916 la administración de Carranza incauta las instalaciones, bienes muebles e inmuebles de todos los organismos financieros, no siendo devueltos hasta enero de 1921 a sus legítimos propietarios, el fundamento se basó en no haber cumplido los requerimientos de ajustar el respaldo metálico en bóveda contra la cantidad de billetes de circulación. El Presidente del Banco, William Mitchell (quien en dos ocasiones fuese arrestado por defender al banco) renuncia y se retira de México.

El total de las perdidas por los estragos Revolucionarios para el Banco ascendió los 10 millones de pesos, sin contar la abultada línea de crédito que se sostenía con la administración federal. Para 1921 cuando Álvaro Obregón devuelve los bancos, el capital del Banco de Londres y México era solo de 37,500 pesos.

El 24 de diciembre de 1924 se promulgo la Ley General de Instituciones de Crédito y Establecimientos Bancarios que derogó la ley de 1897 y reordeno el sistema bancario. El 15 de septiembre de 1925 el Gobierno Federal formalizo ante notario el convenio de deuda que se reconoce a favor del Banco por los vaivenes revolucionarios en 21, 800,000 millones de pesos.

Ante los cambios en la reglamentación de ley el Banco de Londres y México el 13 de noviembre de 1925 paso a ser un banco refaccionario, de descuento y depósito, reduciendo su capital social de 21,500,000 a 10,000,000 millones de pesos, la nueva concesión tendría una vigencia de 30 años.

Más aun, el autor Heliodoro Dueñes, quien participo en los procesos de desincautacion de la banca en los años 20s, aclara que desde 1920 los directivos de los antiguos bancos de emisión representados por 21 instituciones fueron convocados por el Nacional de México para elaborar un proyecto de ley sobre el regreso a actividades comerciales y de depósito, habiendo consultado y recibiendo el visto bueno de las autoridades hacendarias, empero la legislación emitida desde 1921 en adelante no fue consultada a el comité de banqueros, los tomo por sorpresa, previsiones que nunca conocieron hasta su publicación. 

Para 1923 estas eran las existencias en metálico de los principales antiguos bancos de emisión:

A) Banco Nacional de México…12,287,703.84

B) Banco de Londres y México…146,642.55

C) Banco Occidental de México…574,963.93

D) Banco de Nuevo León…528,300.22

(Manero, A., 1926, p. 160)

La siguiente imagen es relevante para conocer el valor de mercado de las acciones del sistema bancario nacional antes, durante y después de los sucesos revolucionarios, la perdida de valor de las instituciones es evidente (Solís Rosales, 2023).

En la administración de Lázaro Cárdenas (1934-1940) el Banco de Londres y México paso por una situación financiera adversa, con cartera vencida, problemas en reestructuración de deudas, pasivos antiguos, margen de operación pequeño, entre otros, por lo que se le tuvo que rescatar e inyectar capital para rescatarlo o liquidarlo. Su principal acreedor era el Banco de México con poco más de seis millones de pesos, que no podía en ese momento cubrir, por lo que dejo en garantía propiedades. La intervención del Gobierno Federal vía Banxico se justificaba diciendo que “no podía ir a la quiebra el banco más antiguo del país”. (Anaya Merchant, 2011)

Para conocer el desarrollo de los precursores de la banca en el siglo XIX CLICK AQUÍ

Relacionado a este tema se invita a escuchar la conferencia Establishment of the Banking System in Mexico, 1864-1910 por Ricardo de Leon,

Bibliografía:

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