La historia de los antecedentes de la Casa de Moneda de Hermosillo en un tema que por ocasiones es olvidado generalizando es árido y de nulas emisiones monetarias, cuando no es así, generalmente el conocedor de la numismática dirá las amonedaciones en tal ceca comienzan en 1859 (aunque realizadas en la casa de moneda de Culiacán), siendo hasta 1861 que se empieza a batir plata, el correlativo arrendamiento a manos de particulares suma interés a esta casa de moneda que se mantuvo en constantes operaciones hasta 1895.
Sin embargo, el estudio de sus emisiones en la primera mitad del siglo XIX es necesario por lo escaso e interesante que resulta, los orígenes van más allá del México independiente, desde el periodo virreinal se proyectaba en los territorios de Sonora una fabrica de moneda, por sus cualidades mineras lo ameritaba, dependientes -en aquellos años- de las cecas de Durango y Guadalajara, la escasez de moneda menuda, las distancias de las grandes urbes siempre fueron argumento para poder fabricar su propio circulante, más no sería hasta el México independiente cuando esto se logra, aunque el camino sería aún muy complicado.
Si bien la ley del 4 de agosto de 1824 autoriza a los estados a crear casas de moneda en sus territorios y percibir los ingresos derivados de su operación, cuestión que se ejecuto en Sonora, cabe aclarar la geografía de este lugar fue muy diferente a la actual, incluso su nombre, en los primeros años del México independiente el Estado de Sinaloa y el Estado de Sonora fueron uno sólo: el Estado de Occidente, de 1824 a 1830, ahí se originan los primeros tipos numismáticos. La efervescencia política fue clara y contundente, basta ver la diversidad de capitales (sede de poderes) que hubo en tan poco tiempo.

Habiéndose dicho lo anterior, estudiemos las emisiones de Sonora antes del clímax o apogeo monetario que tuvo décadas posterior al periodo que narran estas líneas:
1.- La moneda fraccionaria de cobre.
La primera moneda que se conoce del Territorio de Sonora fue la Cuartilla de Pitic (1/4 de real). Tal nombre es previo al de Hermosillo, el cual fue modificado por decreto del 5 de septiembre de 1828, , el nombre obedece al apellido del General José María González de Hermosillo, militar de la Guerra de Independencia. Esta moneda se considera de carácter municipal.
Las también denominadas «jolas» de 1821 circularon ampliamente por Sonora, fue hasta el decreto del 19 de diciembre de 1828 que se ordena su amortización, reemplazo y cambio por los nuevos cobres del Estado de Occidente, aunque se sabe continuaron en existencia hasta la amortización y devaluación del cobre de 1837 a nivel nacional.
Un personaje de vital importancia para entender todos estas emisiones fue Leonardo Santoyo, sus antecedentes en cuanto a la moneda están en la Casa de Moneda de Durango siendo que se encarga del establecimiento de la misma en 1821, adicionalmente, fue el quien logró acuñar oro republicano por primera vez en 1832, en la susodicha ceca.
Ahora bien, en cuanto a Sonora se trata el 24 de noviembre de 1831 obtuvo el primer arrendamiento, sus hijos: Luis y Mariano, también trabajarían en la fábrica de moneda. Este primer contrato incluía la obligación de edificar el edificio y ensamblar la maquinaria para la próxima ceca en la capital. La construcción de la ceca concluyó hasta el 27 de mayo de 1835, el 20 de junio del mismo año se renueva el contrato con Santoyo.
Algunos autores discrepan del uso de la palabra “arrendamiento”, señalando Hermosillo no tendría una casa de moneda, sino un taller de acuñación, además, Santoyo no sería el arrendatario de planta de moneda, sino su director, bajo órdenes del gobierno estatal, la moneda de cobre que amonedo tenía propósitos de ser circulante local, como moneda municipal, más se sabe llego más allá de las fronteras de Sonora.
1.1.- Moneda octavo de real Estado de Occidente.
Siendo la primera emisión en el territorio de Sonora acuñada con mobiliario y autorización del Congreso Local, Santoyo estuvo involucrado, se amonedo en la ciudad de Álamos, las acuñaciones comienzan en diciembre de 1828, más la maquinaria se quebró en el primer semestre del año siguiente, amonedándose solo 40,860 piezas. Ensayo Fernando Escudero.
Relacionado a lo anterior es saber que en el Estado de Occidente se proyecto el establecimiento de una casa de moneda, que incluso tuvo interesados para su arrendamiento, aunque finalmente no prospero. El Dr. Omar Velasco señala:
El 29 de septiembre de 1825 el Gobierno del Estado de Occidente público el documento “Artículos bajo los cuales se ha celebrado la contrata entre el supremo gobierno del Estado de Occidente y el Sr. D. José Antonio Herrera, apoderado del Sr. D. Ricardo Extér de la compañía inglesa para habilitación de minas, acuñar y cambiar por su cuenta las platas, oro y cobre que se le presenten en la casa de moneda del Estado«. Se trata de un documento cuyo fin era montar por completo una nueva ceca bajo la administración de esa empresa inglesa para el recién creado Estado de Occidente; en el artículo 3 se establece que el contratista estaba obligado al acondicionamiento de un edificio para la ceca; al mismo tiempo debía comprar la maquinaria necesaria para la acuñación y lo más importante, al terminarse el contrato, el gobierno local estaba obligado a pagar el costo del edificio pero el de la maquinaria que pasaría a ser propiedad estatal. De este modo al finalizar el contrato (12 años), se preveía que el Estado de Occidente tendría las condiciones suficientes para poder operarla por cuenta propia.
El contrato serviría como un mecanismo de financiamiento para la apertura de la ceca. Exter fue un comerciante británico que llegó a territorio mexicano tras la consumación de la independencia y fungió como socio de la Exter, Graves and Company, empresa que tenía vínculos con la General Pearl and Coral Association de Londres. Exter destacó por su actividad como aviador de minas en el occidente de México y estableció varios contratos para la explotación de pequeños reales mineros de plata que en 1825 le reportaron ingresos por 153 000 pesos […], Exter buscó integrar el negocio de la minería con el de la acuñación. Su nombre apareció en dos contratos cuyo fin era el arrendamiento de casas de moneda dentro de la geografía occidental del país
De las primeras monedas menudas acuñadas en cobre existe una moneda de oro obsequiada al director de la ceca, su ultimo dueño conocido fue Manuel Larraguibel, siendo ultimo director de la ceca de Álamos.
Su valor intrínseco era inferior al nominal, por lo que no tuvo buena aceptación tal pieza, suspendiendo acuñaciones al poco tiempo.

Esta moneda fue subastada en junio del 2019 por Heritage Auctions, World Coins Signature Internet Auction – Dallas #3072 / Lot #37168, vendido en $1,440 USD.
Estas piezas se conocen en cobre (principalmente) y en latón, presentan corrosión y debilidad en campos, siendo muy escasas en alta condición o estado de conservación, su peso oscila de los 2 a 3 gramos, con un diámetro de 17 a 18 milímetros, el canto es estriado, aunque con debilidades, siendo su hechura deficiente. En cuanto al diseño, ostenta en el reverso (cara principal) el Gorro Frigio, en el exergo la letra “C” por el lugar donde se labro, “Concepción de Álamos” seguido del año de acuñación, alrededor una grafila dentada, por el otro lado el Águila Nacional, de frente con las leyendas superiores “Estado de Occidente” y una grafila dentada.
La ceca de Chihuahua amonedo cobres de su localidad re-acuñando sobre moneda de Occidente en 1833.
1.2.- Cuartillas de Sonora.
Autorizadas por el decreto del Congreso Local del 23 de abril de 1831, las monedas se labran de manera consecutiva de 1831 a 1836, siendo más abundantes que las anteriores, cada año el Congreso aprobaba que su amonedación continúe año, tras año. Tal es el caso que el 14 de abril de 1834, se aprueba un decreto para que se comenzare a labrar moneda en junio de 1834, terminando en marzo de 1835, adicionalmente, hay multiples menciones sobre la cantidad que se amonedo:
1.- $16,875 pesos, lo que resulta en 540,000 piezas, en todo el periodo.
2.- $20,000 pesos en cuartillas fueron fabricados, (80,000 piezas), en todo el periodo.
3.- $250,000 pesos de 1831 a 1836, lo que da 1,000,000 de piezas, con un promedio de 166,666 monedas acuñadas por año (la cuartilla se acuñó por 6 años).
A falta de maquinaria, Santoyo labraba las monedas manualmente con punzones, también cortaba los cospeles a mano, sin maquinaria. El 23 de julio de 1837 por la amortización de la moneda de cobre son devaluadas, pasando a valer 1/16 de real, se pueden encontrar con el resello de su nuevo valor.
Estas piezas tienen mayores dimensiones que las anteriores con un modulo de 21 a 22 milímetros, un peso que alcanza hasta los 5.5 gramos, pero puede oscilar de más o menos y un canto estriado, aunque con deficiencias y debilidad. El diseño es más diverso que el anterior, por el reverso se muestran dos carcaj con flechas, aunque otras versiones apuntan se trata de dos cuernos de la abundancia con espigas de trigo, el centro una más, rodeado de las leyendas (abreviadas) “Una Cuartilla – Estado de Sonora”, por el anverso, al centro el Gorro Frigio, con el lugar de acuñación, el año, y las iniciales “L.S.” de Leonardo Santoyo, las piezas circularon profusamente, y cuando se amortizaban se fundían, por lo que son complicadas, un poco más lo es la primera fecha.

—-Una moneda en por mucho menor estado de conservación que la mostrada de 1833 fue ofrecida por Stephen Album Rare Coins Auction 18, enero 2014, lote #2419, ofrecido por $75 USD.
—Otro espécimen fechado en 1835 en un estado de conservación similar fue subastado por Heritage Auctions en su Weekly World and Ancient Coin Auction #231826, junio 2018, lote #64284, vendido por $192 USD.
Las acuñaciones se detuvieron en 1836 por la ley del 17 de enero de 1837, que ordenaba toda emisión de cobre fuese suspendida en los estados.
2.- Acuñaciones en metales preciosos.
El 16 de julio de 1835 el Gobernador del Estado, Manuel Escalante y Arvizu emitió un bando autorizando la emisión de moneda y la correlativa oferta pública para el arrendamiento de una casa de moneda en Hermosillo. Dicho documento puede ser consultado CLICK AQUÍ.
El primer antecedente registrado se da en mayo de 1835 (también se menciona 25 de julio de 1835) cuando Hermosillo solicita matrices a la Ciudad de México (en el entendido serían para las suertes de las cuartillas de cobre que venían amonedando), más por la imperiosa necesidad de fondos y por las largas distancias a la capital Hermosillo decide fabricar sus propios cuños, iniciando el 1 de noviembre de 1835 a labrar moneda, más además de cobre también desean hacerlo en plata y oro.
Bajo ese orden de ideas, las troquelaciones inician el 1 de noviembre de 1835 y cesan 31 de enero de 1836, como más adelante se relatará, solo 90 días de acuñación. Algunas fuentes sugieren la amonedación comenzó el 18 de noviembre de 1835. Si bien se deseaba acuñar oro, hasta el momento sólo se conocen especímenes en plata de 8 reales, para ese par de años.
Un segundo suceso, relevante fue el 23 de diciembre de 1835, cuando la Secretaria de Hacienda reprueba las acuñaciones en Hermosillo sin su autorización ni cuños oficiales, asegurando estas si se remitieron a Sonora meses atrás, añaden la orden de suspender labores y restringir circulación de todas sus labraciones.
El gobierno del presidente Antonio López de Santa Anna al enterarse de estos hechos inauditos ordena rápidamente al gobernador del estado Manuel Escalante y Arvizu acabar con las acuñaciones ilegales. Los gobiernos de los estados tenían facultades en cuanto a la moneda de cobre, pero no en la de plata.
Acto seguido, el 25 de enero de 1836, Sonora informa haber acatado las ordenes, además añade se acuñó poca moneda, por haberse descompuesto las balanzas.

Sobre las monedas de plata, 8 reales, amonedados algunas fuentes mencionan 50,000 a 70,000 piezas, aquellos que han analizado las piezas encuentran dos dados diferentes para 1835.
Sobre la pieza de 1835 John Riddel en su libro: “A Monograph of the Silver Dollar: Good and Bad” asegura la pieza de ese año pesa 27.02 gramos, con una ley 0.896, mientras que, para la moneda de 1836, el Alberto Francisco Pradeau menciona la pieza de su colección pesa 26.13 gramos, con un diámetro de 39 milímetros.
Adicionalmente, cabe mencionar que Santoyo solicitó autorización al gobierno central previamente, argumentando la falta de moneda en dichos territorios, sin embargo le fue negada. Otras fuentes indican Leonardo Santoyo no estuvo implicado en todo el proceso de producción de la moneda de plata, lo que causo su molestia y posterior exilio de Hermosillo y de todo oficio relacionado con la moneda.

Troqueles.
En todas estas piezas el ensayador fue Pedro Piembert “P.P.” (mismo ensayador que se encargó de las amonedaciones oficiales casi treinta años después con la apertura de la ceca). Los pocos ejemplares que se conocen muestran desgaste por lo que estas monedas si llegaron a circular.
Empero, los autores Dunigan y Parker mencionan en la emisión de 1839 el ensayador podría ser Pablo Rubio, la hipótesis se sostiene argumentando el cambio de la marca de ceca (a diferencia de 1835 y 1836), siendo un segundo intento para conseguir la autorización para amoneda plata en Hermosillo, esta marca de ceca es la misma que la empleada en 1864, por el mismo ensayador Pablo Rubio «P.R.»
Las monedas fueron retiradas de circulación fundidas en Hermosillo y otras más llevadas a la Ciudad de México donde también pasaron por el mismo destino, algunas cuantas lograron sobrevivir, por su valor intrinseco superior al valor facial valía más fundirlas. El gobierno ceso de su cargo a Eduardo Santoyo en 1836 por desacato a la autoridad, los empleados fueron despedidos y la ceca cerrada (aparentemente). El 28 de mayo de 1836 se emite el decreto que responsabiliza a Santoyo de tales emisiones.
Ambas monedas (1835 y 1836) tienen diseños parecidos, y como se mencionaba anteriormente las dimensiones y diseño son las correctas. En su libro de 1997 «Resplandores» los autores Mike Dunigan y J.B. Parker no confirmaron en su momento la existencia de la pieza de 1835 por su extrema rareza.

—Primer registro: Heritage Auctions, 2008 September Long Beach, CA World Coin Signature Auction #3002, lote #21741, vendido por $48,500 USD.
—Segundo registro: Heritage Auctions, 2013 September 25 – 27, 30 & October 1 World and Ancient Coins Signature Auction – Long Beach #3026, lote #25314, vendido por $47,000 USD.

Sin registros de aparición en el mercado. Se sabe que el Dr. Alberto F. Pradeau tuvo una pieza en su colección.
Un ejemplar de 1836 se vendió en la subasta Colección “Knowles” de la casa comercial Stack´s del 20 a 23 de mayo de 1953, ejemplar num. 1797 (1983, p. 118).
En el inventario de la casa de moneda de Hermosillo del 27 de mayo de 1835, se mencionan dos volantes para acuñar, uno para pesos otro para moneda de baja denominación (1983, p. 146).
Santoyo con su familia se retiró a vivir a Guaymas, su moneda de cobre siguió circulando por todo el territorio hasta 1859, cuando inician negociaciones para que entre de nuevo en funciones la Casa de Moneda de Hermosillo, fundiendo la moneda previa para fabricar la nueva.
El 28 de enero de 1837 el nuevo gobernador de Sonora Rafael Elías solicita al Sr. Eduardo Santoyo regresar de nuevo a Hermosillo para volver a “revivir” la Casa de Moneda, ante esto el Sr. Santoyo a través de Manuel Escalante y Arvizu (anterior gobernador) le comunica al gobernador en cargo que el Sr. Santoyo se encuentra muy ofendido para volver a trabajos de acuñación.
En 1839 ya sin Santoyo se acuña una nueva moneda de 8 Reales fechada en ese mismo año, la pieza presenta nuevos elementos a las fechas anteriores. Por ejemplo, el espécimen cuenta con detalles más finos a los anteriores y en la marca de la Ceca la “O” está por encima de la “H” y no como antes que estaba a la derecha. El ensayador es Pablo Rubio. Mismo que fue ensayador en 1864 cuando la casa de moneda ya se encontraba en funciones. También se conoce un ejemplar de ½ real con el mismo ensayador y año.
Continuando con el 8 Reales de 1839 no se sabe aún con certeza el porqué de su acuñación y son muy pocos los documentos que se refieren a esta pieza. Existe una evidencia, un documento fechado en 1849 que nos puede confirmar la existencia de la presente moneda, redactado por el diplomático Francés Eugene Duflot de Mofras el cual hizo un recorrido por todo México entre sus actividades visito y registró información acerca de varias Casas de Moneda Mexicanas entre ellas Hermosillo. El estilo y diseño de acuñación del ejemplar de 1839 es diferente a los anteriores, siendo de mejor manufactura. Se conoce también un 1/2 Real 1839.
Recordemos que las acuñaciones “legales” de Hermosillo fueron las cuartillas y octavos de real que se acuñaron años tras año en cobre en 1828 y 1829 y 1831 a 1836. En 1837, 1838 y 1839 podríamos suponer que no hubo actividades en la Casa de Moneda.
El Sr. Duflot de Mofras apunta lo siguiente respecto a esta ceca:
“Establecida en 1838 acuño 70,000 pesos con un alto contenido de oro, pero los hornos y la prensa de acuñación se desgastaron y se dañaron, las acuñaciones fueron abandonadas por años”
Con esto podemos suponer que la ceca seguía en funciones y que aparentemente se acuñaron 70,000 8 reales (pesos) ilegales de 1839. Lo único incorrecto es el año en que se estableció la fábrica de moneda, ya que inicio funciones en 1831.
Lo cierto es que en esos 3 años de inactividad aparente la Casa de Moneda de Hermosillo estuvo en funciones con una pequeña oficina de ensaye, esto se corrobora ya que otro documento menciona que el 23 de enero de 1837 se contramarcaron (amortizaron) las cuartillas de Sonora que continuaban en circulación esto por una devaluación del cobre en aqueños años.

La moneda de plata (principalmente la baja denominación) fue siempre faltante desde la época virreinal hasta su fin en el siglo XIX.
El 8 reales de 1839 es una moneda autentica, no es una alteración o falsificación, si bien el monto anterior de 70,000 piezas puede parecer poco creíble por haber menos de 10 monedas de este tipo hoy en día no debemos descartar esta interesante moneda. Más aún se desconoce el motivo de acuñación de los 8 reales Ho 1839.
Adicionalmente, Dunigan & Parker mencionan la moneda de 1835 como la mas escasa, de ley y peso correctos. Señalan que fue documentada desde 1845 por el Dr. John Leonard Ridell en su obra «A Monograph Of The Silver Dollar: Good And Bad »
En su obra de 1977 titulada «The Comprehensive Catalog and Encyclopedia of Republic Mexican Coins» el autor, William Larry Hanks menciona lo siguiente respecto a estas emisiones:
Las acuñaciones privadas de 8 Reales Hermosillo de 1835 y 1836 del Sr. Santoyo fueron acuñadas con punzones a mano. Recientemente evidencia fue descubierta demostrando la existencia de un ejemplar de 1839 en 1 real y 1/2 real, acuñados en Hermosillo. Estas nuevas piezas fueron descubiertas por el Sr. Hal Birt y el Sr. Ruiz en Chihuahua, México. Las amonedaciones de Hermosillo de 1835 a 1839 son consideradas como emisiones no circulantes y no fueron aceptadas por el gobierno. Todas estas piezas son hoy únicas o solo se conocen por ilustraciones.
Bajo ese mismo orden de ideas, en el catálogo de subasta de Ponterio & Associates, Sale #142 (abril 27 y 28, 2007) en la descripción del lote #615, mencionan: “no está claro si estas monedas fueron pruebas producidas para mostrar la capacidad de la casa de moneda y así obtener la concesión o bien son piezas de contrabando”

En 1985 la Casa Subastadora Norteamericana «Christie´s» subasto dentro de la «Norweb Collection» un rarísimo ejemplar de 8 reales Hermosillo de 1839 con un precio estimado de $4000 a $5000 dolares. (Lote 325)
Un análisis realizado a uno de los pocos ejemplares que existen apunta que la moneda es de plata ley 0.890, cuando las acuñaciones regulares son ley 0.902, en la aleación de la moneda hay bastante cobre. El peso es 26.26 gramos, cuando el estándar es 27.07.
Incluso el 23 noviembre 1849 la prensa local aun recordaba las acuñaciones de tiempo atrás, describiéndolas como: «…la bondad de la moneda que entonces se hizo sin las matrices, o acaso la falta de inteligencia popular produjo el efecto de que la moneda que entonces se fabricó salió muy superior a la corriente, y esto hizo el que fuese buscada esta moneda desde el mismo momento de su acuñación y se exportase, de suerte que al mes de haberse suspendido la fabricación no se vio circular un solo peso…» (1983, p. 169)
Finalmente, la Casa de Moneda de Hermosillo es clausurada el 29 de noviembre de 1839. (Conozca también la interesante historia del 8 reales Oaxaca de 1870 CLICK AQUÍ)
A pesar de todo lo anterior, los intentos por aperturar de nuevo la ceca no cesaron, incluso antes de todo lo narrado se menciono la necesidad de una ceca en el occidente de México, el Dr. Omar Velasco (2020) narra que:
Durante el proceso de transición al orden federal, el ministro de Hacienda, Francisco de Arrillaga, presentó el 13 de enero de 1824 una memoria en donde proponía al Congreso Constituyente una serie de reformas al arancel mercantil de diciembre de 1821. Dentro de sus propuestas destaca una relacionada con los metales en pasta. Al respecto, sostuvo que, en las provincias de occidente, Sonora y Sinaloa, había una constante carencia de numerario para el comercio interno y externo. Esta situación empeoraba ante la lejanía de los centros de acuñación, por lo que en aquella zona del país los intercambios con metales en pasta eran comunes. Ante esto, Arrillaga propuso una excepción a la ley que permitiría la extracción de plata y oro sin acuñar en esa región “para que el erario no pierda los derechos que percibiría en tal caso, a lo menos por ahora, y hasta que pueda situarse más cerca alguna casa de moneda”.
Otra petición registrada data del 16 de febrero de 1842 siendo el gobierno centralista quien avala el establecimiento de una casa de moneda en Hermosillo, en aquel entonces el mineral extraído en la localidad se llevaba hasta las cecas de Durango y Guadalajara. Mas aun, en febrero de 1844 la Secretaria de Hacienda informaba al Congreso de los frecuentes robos de oro y plata en los caminos de Sonora, sumado a las largas distancias necesarias para llevar el mineral a la casa de moneda mas cercana, por otro lado, existía contrabando por los puertos de Mazatlán y Guaymas de mineral proveniente de Sonora, buscando detener todos estos problemas el Gobierno Federal ordenaba el establecimiento de una Casa de Moneda en Hermosillo.
De nueva cuenta, en 1852 la Secretaria de Hacienda urge el establecimiento de la fabrica de moneda en Hermosillo, argumentando de nueva debido al contrabando de metales en el estado, ese mismo año el presidente Mariano Arista autoriza su apertura de nuevo.
Empero, no se logro poner en funcionamiento por la carencia de fondos para administrarla, por lo que se recurrió (sin éxito) al arrendamiento a particulares.
El gobierno centralista retira el privilegio de acuñar en los estados, más Sonora en rebeldía se rehusó a acatar tales decretos del 17 de septiembre de 1846 y 27 de octubre de 1855.
En cuanto a la apertura oficial de la casa de moneda de Hermosillo, el autor Omar Velasco (2023, p. 184), cita diversas notas de prensa [(i)Noticias sueltas. Casa de moneda de Guanajuato», El Universal, 18 de junio de 1852, p. 3; (ii) «Crónicas de la capital», El Siglo Diez y Nueve, 19 de junio de 1852, p. 4. (iii) Cuarta sección directiva», El Siglo Diez y Nueve, 6 de julio de 1852, p. 2], para relatar los comienzos de la citada ceca:
«Unos días antes, el 1 de julio de 1852, la cuarta sección de Hacienda, encargada de las casas de moneda, anunciaba que se convocaba a una almoneda para el 10 de agosto de ese año en donde se remataría el arrendamiento de la Casa de Moneda de Hermosillo, el cual ya había sido autorizado por el Congreso General. Se trataba de un contrato que debía contemplar la construcción de la ceca en respuesta al decreto del 19 de abril que ordenaba el establecimiento de una ceca en esa ciudad. Dentro de las condiciones del gobierno para arrendar la Casa de Moneda de Hermosillo se contempló que el gobierno se quedaría con el 30% de los recursos líquidos producidos, el acuerdo sería por 10 años, habría un interventor nombrado por el gobierno y hasta que estuviese en marcha la casa de moneda se podría seguir exportando plata en pasta por el puerto de Guaymas.»
Finalmente la ceca inicia funciones, aunque distintas fuentes discrepan sobre la fecha de apertura y encargados de su administración:
- 25 de agosto de 1860 por Quintín Douglas y socios.
- 3 de enero de 1861 por Quintín Douglas y Guillermo Miller.
- 20 de agosto de 1860 por Guillermo Miller, Quintín Douglas y Robert Symon.
La apertura de estas cecas (Sonora) debe entenderse como un acto del gobierno estatal que buscó el control y la fiscalización de los metales preciosos producidos en las minas sonorenses, pues muchos de ellos tenían como destino la Casa de Moneda de Culiacán o el contrabando. (Velasco, 2020)
Si usted está interesado en este tema el autor le recomienda consultar las siguientes publicaciones, las cuales a su vez han servido como bibliografía.
- Buttrey, Theodore Jr (1971) The Hermosillo Peso of 1839. Museum Notes, Vol. 17, pp. 255-261. American Numismatic Society.
- Buttrey, T., Hubbard C., (1989) A Guide Book of Mexican Coins, 1822 to Date. Krause Publications.
- Casa de Moneda de México (1989) La Casa de Moneda de México a más de 450 años. Miguel Ángel Porrúa Editores.
- Dunigan, M., Parker J.B. (1997) Resplandores Cap and Rays 8 Reales of the Republic of Mexico 1823-1897. Superior Stamp & Coin Co.
- Pradeau, Alberto F. (1959) Sonora y sus Casas de Moneda (edición original en ingles de 1934 por la American Numismatic Society)
- Pradeau, Alberto Francisco (1983) Sonora y sus casas de moneda, Álamos y Hermosillo. Gobierno del Estado de Sonora.
- Pradeau, Alberto F. (1960) Historia Numismática de México, Tomo II. Sociedad Numismática de México.
- Ridell John L. (1845) A Monograph Of The Silver Dollar.
- Sánchez-Schmitz, Guzmán (2021) The Sonora Jola, en UsmexNa Journal June 2021. USA.
- Velasco Herrera, Omar. (2016) Política, ingresos y negociación: el arrendamiento de las casas de moneda de Guanajuato, Zacatecas y la ciudad de México frente a la construcción de la Hacienda pública nacional, 1825-1857 [tesis para obtener el grado de Doctor en Historia Moderna y Contemporánea]. Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Ciudad de México.
- Velasco Herrera, O., & Romero Ibarra, M. E. (2020). Exportación de metales en pasta por la Costa Occidental mexicana y la creación de la Casa de Moneda de Culiacán, 1825-1870. América Latina En La Historia Económica, 27(3), e1035. https://doi.org/10.18232/alhe.1035
- Velasco Herrera, Omar (2023) La gestión política de la moneda y la edificación de la Hacienda Pública mexicana, 1825-1857. Bonilla Artigas Editores.
Medalla conmemorativa a la emisión motivo de este artículo:




