El siguiente texto es una síntesis del excelente libro “La Bancarrota del virreinato. Nueva España y las finanzas del Imperio Español 1780-1810” escrito por Carlos Marichal, publicado por el Fondo de Cultura Económica y el Colegio de México en 1999.
Antes de 1790 el Gobierno Español no sufrió fuertes déficits ni acumulación de deudas, el reinado de Carlos III (1759-1788) fue el último de estabilidad económica para las colonias españolas en materia económica.
A partir de 1793 las deudas gubernamentales de España y las colonias se dispararon a raíz de su debilidad en los campos de batalla.
El endeudamiento español se tradujo en un fuerte aumento de las transferencias de plata de las tesorerías americanas a las españolas a partir de 1790. De 1780 a 1810 las tesorerías novohispanas remitieron al exterior 250 millones de pesos plata.
Aunque los fondos no tenían como única ruta de la Nueva España a la Península, también existía una amplia red de envíos de remesas ente las colonias, de hecho durante la mayor parte del siglo XVIII la tesorería de México giro más dinero a las demás colonias que a la misma España.
Dichos traslados de dinero se conocían como situados constituían una espesa red de transferencias intraimperiales, la plata mexicana que llegaba a Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, Luisiana, las Floridas, Trinidad y Tobago, Filipinas, etc.
El importante papel que desempeño los envíos de situados a España se puede ver reflejado que de 1765 a 1785 el total de ingresos de la tesorería central de España un 15% provenían del virreinato de la Nueva España, para 1790 ese monto sube a 25%, para 1808 increíblemente ya abarcaba un 50%.
En el orden fiscal los gastos del colonialismo eran más altos en la Nueva España que en cualquier otra colonia del continente Americano.

Metal en pasta. Daniel Frank Sedwick, Treasure Auction #23, mayo 2018, lote 242, lingote de plata en pasta de 1528, con sellos y/o marcas del ensayador, con medidas de 35 x 8 cm, proveniente de un descubrimiento marino en las Bahamas. Fue subastado con un precio final de $8,000 USD.
Después de España fue Inglaterra quien destacaba por sus colonias en América, pero a diferencia de España y a pesar de ser una potencia de mayor poderío, sus colonias en ultramar rara vez alcanzaron a sufragar sus propios gastos. Las colonias británicas fueron una fuente inagotable de gastos y no de ingresos para la madre patria. En sus mejores momentos las colonias británicas solo llegaron a cubrir un 10% de los costos militares.
Esto trato de ser solucionado con mayores gravámenes e impuestos a sus habitantes desde 1763, lo que causo una paulatina presión social que llego a la independencia entre otros factores a finales del siglo XVIII.
Ahora bien, en el caso de Francia sufrió de un caso parecido, solo que diferencia de Inglaterra decidió establecer mayores deudas a sus tesorerías coloniales lo que se reflejó en pobreza extrema en sus pequeñas islas del caribe. Incluso la nación gala padeció de una fuerte crisis en 1787 que desencadeno su revolución de 1789. España pudo sostener su colonialismo hasta entrado el siglo XIX por la riqueza de sus territorios, gran población y arraigo al sistema.
La política fiscal de España en recaudación de impuestos no llego a representar problemas a diferencia de Inglaterra y Francia. Los contribuyentes del virreinato proporcionaron gruesas sumas para el mantenimiento y reforzamiento de las fuerzas militares y navales en el gran caribe, además de como ya se comentó a partir de 1720 de manera anual Nueva España comenzó a enviar situados a los demás virreinatos y territorios españoles, en un principio eran 5 millones pero el monto se disparó hasta 50 millones para 1790 en pesos plata.
En los primeros años del siglo XIX la Nueva España en su conjunto representaba un 75% de todas las remesas que llegaban de todo el virreinato a la metrópoli.
El aumento del endeudamiento y de transferencia de situados aumenta drásticamente desde el último cuarto del siglo XVIII por la presión fiscal a las arcas Españolas derivadas de sus constantes enfrentamientos bélicos.
- Guerra de los Siete Años 1756-1763.
- Guerra contra Gran Bretaña 1779-1783.
- Guerra contra la Convención Francesa 1793-1795.
- Guerra nava con Gran Bretaña 1796-1802
España no hubiera podido sobrevivir a los conflictos mencionados sin el socorro de sus territorios en América.
La salida de fragatas repletas de plata al Caribe y España desde el Puerto de Veracruz represento un movimiento de casi cuatro millones al año en tiempos de guerra, cuando en época de paz el monto solo era de 1.1 millones. En menos de una década España envió sumas por más de 35 millones de pesos plata, algo así como 750 millones de reales.
De 1765 a 1788 llegaron a Cuba 57, 339,000 pesos, de los cuales 18, 836,000 se habían recolectado en la isla, es decir un 75% provenía de las arcas de la Nueva España.
El comercio que mantenía España y el México colonial era bastante fuerte, tan solo para la metrópoli era un importante aliado comercial con un 35% de ingresos provenientes de comercio novohispano. El principal sector de comercio era el del tabaco con papel proveniente de España y tabaco americano, las principales fábricas estaban en México y Cuba.

Punzón con el busto del Monarca para acuñar moneda. Lima.
De 1780 a 1810 las remesas de la Nueva España representaron 2/3 partes del total de metálico remitido desde América a Madrid.
Estudiadas las cifras anteriores hasta 1790 la administración virreinal logro satisfacer las demandas simultáneas de situados del gobierno metropolitano así como las exigencias fiscales locales.
Sin embargo, poco a poco se fueron implementando nuevas medidas para poder seguir cumpliendo con sus responsabilidades como prestamos forzosos, de acaudalados, iglesia, expropiaciones, prestamos, hipotecas, etc.
España estaba trasladando su déficit a las colonias, como una enfermedad que se extiende a diferentes partes del cuerpo.
En 1793 aparecen los primeros números negros, el endeudamiento era consecuencia del aumento de las demandas externas que superaban las posibilidades de recaudación del sistema virreinal. Estos problemas no tuvieron su origen en la propia colonia sino en los crecientes desequilibrios de la hacienda metropolitana.

1/4 de Real Carlos IV, ceca México, 1796. Moneda subastada por Stack’s Bowers & Ponterio en noviembre del 2013, Baltimore Auction. Lot 23414, vendida por $240 USD.
La enorme suma de obligaciones para las colonias por parte de la metrópoli coincide con los conflictos bélicos que esta enfrento de la cual no salió vencedora, ejemplo de lo anterior es el costo de la guerra con Francia de 1793 a 1795 que tuvo un costo de 4,741 millones de reales, un 40% fue cubierto con impuestos, faltando un 60% que fue facturado a las colonias.
El conflicto con Inglaterra de 1796 a 1802 produjo una merma de 4,000 millones de reales provocando un déficit de 1,780 millones de reales.El propio ministro de hacienda Español Francisco de Saavedra manifestó en 1798 el urgente socorro de las colonias españolas.
Firmada la paz en 1802 y reestablecido el comercio en el Atlántico llego a los puertos españoles la impresionante cantidad de 800 millones de reales en auxilio a España para el pago de sus deudas.
Aunado a lo anterior desde 1803 España debió pagar un tributo a Napoleón de manera anual por lo que la administración de Carlos IV poco a poco caería en la bancarrota definitiva.
Los principales ingresos de los que se valió el fisco novohispano para recolectar recursos fueron los impuestos sobre la minería, las alcabalas, pulques, el estanco del tabaco y el tributo indígena.
Los cuatro anteriores rubros causaron una paulatina crisis que se reflejó en una explotación al ciudadano, sobre todo a los más desfavorecidos lo que causo una insuficiencia para abastecer a la metrópoli desde 1790.
El primer antecedente se remonta a las reformas borbónicas, aplicadas desde 1765, en un principio reflejaron gran éxito ya que el decenio de 1780 a 1790 alzando su nivel más alto de ingresos ordinarias en casi trescientos años de régimen colonial.

Troquel moneda de Busto.
El éxito de la recaudación de impuestos mantenía una estrecha relación con la acuñación de oro y plata en México. Aunque dicho argumento debe un profundo estudio, ya que la recaudación presento niveles bajos cuando la Casa de Moneda troquelaba bastante metal, ejemplo de lo anterior es en 1780 cuando se experimentó una creciente inflación, el incremento de precios redujo la recaudación de impuestos.
Los diezmos mineros como una de las formas de recaudación consistían en los gravámenes que se establecían a los principales insumos de minería como el azogue, pólvora, sal, además se diversificaba este cobro con los impuestos a la acuñación de plata, el ensaye, y el “señoreaje”. Los costos de amonedación extraídos a la Casa de Moneda dejaban montos millonarios anualmente.
Para 1770 este impuesto represento un 20% a 25% del total de los ingresos a las tesorerías.
Por otro lado, están las alcabalas el cual superaba a los impuestos mineros este gravamen se cobraba sobre productos de consumo importados y locales, hoy en día podría compararse con el IVA.

Troquel para acuñar moneda Columnaria. México .
Los dueños de minas, comerciantes y banqueros estaba sujetos a fuertes contribuciones que podían llegar a representar entre un 10% a 20% de la plata que manejaban. Siendo estas las clases más favorecidas.
La alcabala presento fuertes movimientos a la alza, en 1780 incrementó al 8% de gravamen sobre los productos lo que causo gran molestia social y menos dinamismo en comercio por la población, más tarde se bajó a 6%, (en 1790) lo que demostró el termino conocido como “curva Laffer” aumentar las tasas por encima de lo que los contribuyentes estuvieron dispuestos a pagar comenzaba a disminuir la efectividad de cobranza por efecto de una creciente evasión de impuestos.
La mercancía o producto que más se gravo con distintas cargas fue el pulque el precio de venta superaba 2.5 veces el precio de producción, incluso existió un mercado de consumo de pulque legal e ilegal (donde se evadían impuestos).
A lo largo de la vida colonial perduraron monopolios y prohibiciones que hoy en día suena absurdas, tal es el caso de la prohibición para manufacturar en las colonias productos como azogue, papel sellado, pólvora, salinas, naipes, e incluso pelas de gallos.
Respecto a los tabacos que eran las fábricas manufactureras más importantes del virreinato el tabaco si se cosechaba en las colonias pero el papel para armar cigarros y puros provenía de España. Y el estado era el único que podía administrarlo.
Las cargas y gravámenes excesivos al pulque, tabaco y algunos licores de importación llegaba a tener un 200% de impuestos sobre el precio de producción, desde 1777 los impuestos aumentaban constantemente.
El tributo indígena fue otro ingreso ordinario del gobierno, cada jefe de familia indígena debía tributar dos pesos (16 reales) al tesoro real.
Brevemente se han explicado los principales ingresos de los que se valía el virreinato aunque desde 1767 lentamente comenzó a aumentar la tributación a causa de las exigencias de la metrópoli llegando a su apogeo en la última década del siglo, para lograr lo anterior se idearon complejos instrumentos de recaudación, como decenas de nuevos impuestos, multiplicación de puntos de recaudación, tasas más altas, mayor rigor en la recaudación, profesionalización de funcionarios y mejora de contabilidad.

Proclama a la coronación de Carlos IV de 1789, bronce dorado, Ciudad de México, 35 gramos, 43mm de diámetro. Medalla subastada por Daniel Frank Sedwick, LLC, Treasure Auction 23, mayo 2018, lote $1493, vendida por $200 USD.
Cada zona del país reportaba diferentes escalas de éxito en los varios impuestos, es decir el éxito de la minería no era el mismo en Mérida que en Zacatecas. Haciendo una división de las principales tesorerías del virreinato estos eran los mayores ingresos de cada región finales del siglo XVIII:
- Guadalajara: Agricultura y ganadería
- Zacatecas: Minería
- Mérida: Ingresos por cajas de comunidades indígenas.
- Veracruz: Comercio.
Para dichos años 90% de la población era de clases populares dentro de sus respectivos salarios de 16 pesos aproximadamente un 20% de iba al fisco 4 pesos o 32 reales.
Otros estudios reducen esos montos, no el porcentaje de recaudación sobre el salario sino las ganancias del campesino promedio a tan solo 5 pesos al mes, una quinta parte era para las tesorerías.
Lo anterior nos permite concluir que el empeoramiento de los salarios reales y las condiciones de vida de la mayoría del país, podría sugerir que a finales del siglo XVIII el aumento en todos los rubros de impuestos contribuyo a una situación de penuria sumada altos impuestos persistía la inflación y la explotación laboral. La presión fiscal de la metrópoli a sus colonias estaba encrudeciendo la pobreza.
Alejandro Von Humboldt comento en sus visitas a México que el sistema fiscal novohispano era el mayor y más “pesado” en cuestión de impuestos a sus ciudadanos comparado con las monarquías Europeas.
El ciudadano de la Nueva España pagaba 5 pesos en metálico (40 reales) al gobierno, mientras que los Españoles 2.9 pesos (23.2 reales) y en Francia 3.2 pesos, la única nación con mayor carga tributaria era Gran Bretaña con 9.5 pesos per cápita.
Respecto al total de los ingresos ya se comentó que en la Nueva España un 20% iba destinado a impuestos, mientras que en Francia 12% y Gran Bretaña 24%.
De 1780 a 1800 se recaudaron con motivo de la impaciente necesidad de liquidez por parte de la Nueva España cuatro donativos universales, tres prestamos gratuitos y nueve prestamos con intereses contratados a través del Consulado de Comercio y Tribunal de Minería. Los prestamos arrojaron cifras por 17.5 millones de pesos, mientras que los donativos 4 millones.
De 1805 el nivel de recaudación escalo a niveles críticos con la implementación de la Consolidación de Vales Reales en América, esto consistió en un préstamo forzoso a la iglesia y sus deudores.
Los donativos hoy en día sueles ser a discreción de uno mismo, más los decretados en 1781, 1793, 1795 y 1798 eran forzosos y obligatorios.

8 Escudos Carlos IV ceca México de 1799. Moneda subastada por Aureo & Calicó S.L. Auction 317, octubre 2018, lote #187, vendido por $1,300 USD.
En contraste los préstamos a redito representan beneficios a los acreedores, esto tuvo su apogeo en 1782-1784 y 1780-1800, la administración se valió de diversas tasas de interés, plazos de amortización, premios financieros y garantías fiscales, al tiempo que echaba mano de concesiones políticas o sociales para obtener los dineros.
En un principio algunos virreyes no consideraban los donativos y prestamos era o mejor para la tesorería, sin embargo las exigencias de parte de otras colonias y de la misma metrópoli obligaron a la implementación de estos modos de crédito que en un principio trataron de ser evitados con impuestos a la alza.
El primer donativo en la época de efervescencia que la Corona solicito se llevara en la Nueva España fue en 1780, pero como se mencionó el virrey lo postergo hasta que fuera urgente en 1781.
Una expresión bastante particular de la época es “donativos graciosos” lo que implicaba no tenían devolución y que todos los súbditos debían cooperar con alguna contribución, el monto que se estableció se debía de dar en el primer donativo fue de 1 peso (8 reales) por los campesinos e indígenas y 2 pesos (16 reales) por los españoles y criollos.
El tiempo que se preveía para la recaudación era de 4 meses, en la práctica resulto ser más por la enorme geografía del virreinato, en total tardaría 3 años.

Ordenanzas Casa de Moneda 1771.
La gran mayoría de los donativos tenían el objetivo final de financiar las múltiples guerras que sostuvo España con Inglaterra y Francia, el saldo final de recaudación del primer donativo fue de $800,000.
Los donativos históricamente no fueron una innovación, el primero se remonta a 1706, así mismo en 1727, 1742 (donde se registró la aportación individual más grande en la historia del México colonial, el banquero Francisco de Valdivielso aporto $840,000 pesos, solo por su cuenta, $6,720,000 millones de reales). En 1765 hubo otro más e igual en 1778.
Uno de los principales (o quizá únicos) incentivos que tenía aportar grandes cantidades a los donativos era el otorgamiento de títulos nobiliarios, generalmente a grandes comerciantes y mineros.
Para apoyar los esfuerzos de capitalización de España en 1782 se establece el Banco de San Carlos de la mano de Francisco Carrabús el cual emitió vales reales, considerado como títulos de deuda pública transferible que podían fungir como papel moneda. La creación de este organismo constituyo una segunda fase del proceso de endeudamiento de la corona, con su emisión de “vales reales” apuntalados por tres millones de pesos de las tesorerías mexicanas, entre 1780 y 1781 se emitió deuda en vales por un valor de 15.2 millones de pesos . Junto con estas acciones se inició un proceso de contratación de deuda con Holanda.
Los vales no tuvieron un futuro fructífero, ya que en 1797 ante el desequilibrio presupuestal y la escasez de metálico en la metrópoli impulsaron una fuerte especulación o agio con los vales reales, lo que provocó una fuerte caída en la cotización de los mismos.
Como se ha dicho el Tribunal de Minería y el Consulado de Comerciantes fungieron como intermediario para la obtención de préstamos con intereses o réditos y préstamos sin intereses (o suplementos), su función era la de buscar inversores individuales que estuvieran interesados en colocar capitales en los préstamos del gobierno, aunque también llegaron a prestas directamente de sus caudales. En vista del éxito en la colocación de los primeros préstamos se les concedió a ambas instituciones el servicio de la deuda, serían los encargados de pagar los intereses a los acreedores de los préstamos. Respecto a la fórmula para recaudación de caudales la estructura era la siguiente.


Principales rutas del transporte de minerales en el Virreinato.
Conferencia: Los metales preciosos en la Nueva España: grupos mercantiles y dinámicas de circulación. El peso fuerte de plata: historia y perspectivas a futuro. Facultad de Economía. UNAM. 2021.
Por un lado el Consulado de Comerciantes recolectaba efectivo de los mercaderes, rentistas o prestamistas y de corporaciones religiosas, el flujo de dinero de ahí avanzaba a las cajas reales y por ultimo a la tesorería metropolitana. Mientras que el Tribunal de Minería recaudaba de empresarios y mineros, también de rentistas y corporaciones religiosas más allegadas sus intereses.
La estructura del flujo de efectivo era la misma. Las autoridades facultadas para emitir solicitudes de préstamos eran el monarca, ministro de hacienda español, el virrey (en coordinación con el fiscal de la real hacienda).
Otro organismo que mucho coopero a la Corona aunque a un gravísimo costo social fueron las cajas de comunidad indígenas de las Repúblicas de Indios dispersas en el país, las cuales bajo coerción fueron explotadas quitándole el poco dinero que por décadas ahorraban en sus cajas de comunidad, las cuales fueron vaciadas en el decenio de 1790. Alejandro de Humboldt en sus viajes se mostró indignado con la arbitrariedad de los gobernantes ante los más desfavorecidos.
A raíz de las múltiples guerras el comercio se detenía por lo que los grandes comerciantes acumulaban metálico, esto lo aprovechaba la real administración para solicitar préstamos o donativos, el aumento anual de los montos de acuñación de moneda y su fuerte injerencia en la Casa de Moneda dotaba a la clase pudiente de gran liquidez.
De los préstamos celebrados con réditos (intereses) a favor del acreedor sobre el monto aportado se garantizaba como respaldo el monopolio del tabaco con pagos anuales de intereses, libranzas, rentas, impuestos a favor, etc.

8 Reales Carlos IV ceca México de 1800. Moneda subastada por Aureo & Calicó S.L. Auction 317, octubre 2018, lote #90, vendido por $75 USD.
Para la última década del siglo XIX las aportaciones únicamente del virreinato de la Nueva España representaban un 30% del total de ingresos que recibía la Tesorería de Madrid.
En 1789 se ratificó el decreto de comercio libre en la Nueva España, el cual consistió en permitir comercio entre todo el Imperio Español.
De las docenas de préstamos y donativos realizados indefinidamente el mayor fue el realizado de 1795 a 1802 dando una derrama por 7 millones de pesos, la garantía para el pago de fondos recibidos fue el tabaco, probablemente la industria manufacturera más grande y fructífera del periodo. Los intereses se establecieron en un 5%.
En vista del éxito del anterior préstamo y ante las penurias por las que atravesaba el Imperio se puede concluir que dentro de todas las posesiones de España, México contaba con la mayor liquidez y dinamismo económico.
Las primeras graves consecuencias de la grave situación económica de la Nueva España (traspasada por la metrópoli) a finales del siglo XVIII eran:
- Hipoteca de diversos ramos fiscales.
- Presión sobre el sistema crediticio.
- Escasez de metálico.
- Malestar social.
La iglesia fue un importante donante para la Corona, aunque la mayoría de los caudales recaudados provenía de los fieles, cuando los curas, obispos y otras autoridades eclesiásticas pedían a los miembros de la comunidad católica que contribuyeran a un donativo o préstamo para defender a la monarquía, los seguidores respondían más por interés social y espiritual que por lealtades políticas o administrativas.
El sistema fiscal de la Nueva España era complejo, considerado de “doble imposición” (gubernamental y eclesiástico) ya que al igual que en todas las sociedades católicas de la época, la iglesia americana disponía de su propio sistema fiscal, paralelo al del poder civil. Pero en el caso de las colonias españoles de América, el cuadro se torna especialmente complicado parque parte de los fondos de la Iglesia se transferían a las arcas reales.
Parte de los ingresos que la Iglesia transmitía a la Corona estaba los novenos reales que consistía en una novena parte del total de los diezmos percibidos por los eclesiásticos en el virreinato. La novena parte era un 11%, la mitad del monto total de los diezmos se divide en dos partes iguales, una para el obispo y para el cabildo catedrático, la otra mitad para el rey, este gravamen se estableció desde 1541.

Originalmente los novenos se destinaron a construir iglesias en América pero con el tiempo el dinero se destinó a la crisis de la metrópoli.
Para lo más álgido de la crisis existía una notoria subordinación fiscal del poder eclesiástico al civil.
Los novenos reales proporcionaron 200,000 pesos entre 1785 a 1799, este 11% era al monto cercano recaudado anualmente de la totalidad de diezmos de dos millones de pesos.
A partir de 1798 la administración se planteó aumentar el monto de cooperación con la iglesia, en 1804 la iglesia aumentaría sus contribuciones obligándose a pagar un noveno adicional para contribuir a la emisión de vales reales, del 11% el monto se elevó hasta 25% de los ingresos de la Iglesia por cuenta de diezmos.
Las transferencias de la Iglesia a la Real Hacienda se representan en los siguientes rubros:
- Venta de bulas.
- Diezmos eclesiásticos.
- Subsidio eclesiástico.
- Nuevo noveno decimal.
Una de las principales contribuciones eclesiásticas que atrajo la atención del gobierno español eran las Bulas de la Santa Cruzada siendo pagadas por los fieles en forma de limosnas a cambio de indulgencias, documentos religiosos cuyo objetivo era perdonar pecados o rebajar los años que pasarían en el purgatorio tras su fallecimiento. En un principio su compra era opcional pero con el tiempo pasaron a ser un impuesto más. El costo de cada bula era de 15 pesos (120 reales) Con las nuevas ordenanzas extendidas un 33% de los ingresos de las vuelas serian para la corona.
Ya para los primeros años del siglo XIX existían roces y confrontaciones frecuentes entre la autoridad Novohispana y de Madrid.
La mayor cantidad de recursos en el virreinato era posible saberla a través de las recaudaciones que hacia la Iglesia en distintos obispados, siendo los más dinámicos México, Puebla y Michoacán en su conjunto reunían el 75%.
Un ingreso en el que se valió la iglesia para el pago de gravámenes fueron las temporalidades que consistían en rentas de las propiedades Jesuitas, hasta 1798 cuando la Corona confisco o en términos modernos “nacionalizo, estatizo o expropio” todas las propiedades de la Iglesia con el fin de servir para amortizar vales reales.
A pesar de lo anterior, la Iglesia continuo aportando suscripciones de cientos de miles de pesos a los préstamos con réditos de 5% que colocaba el Tribunal de Minería, ejemplo de lo anterior fue el préstamo de 1783 donde un 88% del total recaudado provino de la iglesia con una aportación de $462,000 de $523,000 que fue el total.
En 1784 se creó el Banco de Avió, iniciativa del Tribunal de Minería, fue el primer banco de inversión en la época colonial, nunca puedo funcionar plenamente entre 1784 a 1787 ya que las inversiones mineras se fueron en préstamos, no para beneficio de los mineros inversionistas.
La estatización de bienes eclesiásticos continuo de 1798 y hasta 1804 como medida desesperada para hacerse de más recursos del ya fatigado sistema tributario del virreinato, dicha medida fue conocida como Consolidación de Vales Reales. En la metrópoli la media se extendió hasta 1808.
Aun así, la expropiación solo fue a bienes que daban recursos extras a la Iglesia no los que garantizaban su propia manutención dejando solo “lo justo” para su administración.
Parte de la riqueza provenía de los llamados juzgados de capellanías, no eran bancos si no instituciones sui generis que recibían y administraban fondos que llegaban de particulares con fines religiosos, dichos fondos se invertían a través de préstamos con intereses de 4% o 5%, los ingresos llegaban a ser hasta de 50 millones de pesos.

Medalla en bronce conmemorativa al nacimiento del principe Fernando en 1805, 108 gramos, diámetro de 64mm. Medalla subastada por Cayon Subastas #58, julio del 2018, lote #1134, vendido por $400 USD.
El proceso de Consolidación produjo un total de $10, 321,800 pesos para la Corona, y no solo afecto a la iglesia, también como se hizo saber atrás al rubro social menos preparado; las comunidades indígenas con sus cajas de comunidad, a estos se les obligo a comprar vales que para ellos eran inservibles que más tarde con sus propios recursos y a la fuerza tuvieron que redimir sin ver ganancia alguna.
La Nueva España aporto poco más de 10 millones, los otros virreinatos en su conjunto solo $5, 100,000, destacando Perú y Guatemala. En España la recaudación fue de 81 millones dándole mayor tranquilidad a la administración de Carlos IV.
La iglesia en su totalidad fue de los mayores participantes con una cooperación de 35 millones entre 1780 a 1808 en variados tipos de impuestos.
El destino de los caudales se comentó serian para amortizar la abultada deuda interna (en vales reales), sin embargo, en la práctica se destinó a cubrir compromisos internacionales como los contraídos con Francia en 1803.
Después de la firma de la paz en Amiens, acordada en marzo de 1802 entre Gran Bretaña y Francia, se abrió un espacio favorable para el comercio atlántico tras varios años de guerra. La importancia de este interludio de paz represento una alza en la llegada de Remesas a los puertos de Cádiz, los años de 1802 a 1804 marcaron el momento de máxima transferencia de plata americana en tres siglos de historia colonial, enviándose más de 100 millones de pesos en plata y oro de los puertos americanos a la metrópoli. En ese momento del total de ingresos de la Tesorería General de España un 40% provenía de las colonias americanas.
Empero, a pesar de este aparente festín de recursos no fue así ya que en octubre de 1803 Bonaparte obligo a Carlos IV a firmar un acuerdo conocido como Tratado de Subsidios que eximia a la Corona Española a participar en la preparación de las nuevas campañas militares del periodo napoleónico a cambio de un cuantioso pago anual en metálico. El subsidio anual consistía en 192 millones de reales a la tesorería francesa, Madrid no disponía de tal suma por lo que de nueva cuenta las colonias salieron al rescate.
La propia Caja de Consolidación de la Metrópoli manifestada ya no podía cumplir con la totalidad de sus compromisos. Las primeras medidas llevadas a cabo en España consistieron en:
- Aumentar impuestos.
- Emitir grandes cantidades de vales reales.
- Contratar empréstitos externos en Holanda.
El Banco de San Carlos se desempeñó como la agencia del pago de los intereses y de la amortización de los vales reales (así como de los bonos externos vendidos en Ámsterdam). Ya para la última década del siglo XVIII los directivos hicieron saber sostener el crédito de la monarquía era realmente complicado.
La Corona Española no dudo en implementar políticas radicales como la desamortización de propiedades eclesiásticas (como las instrumentadas en Francia en 1791).

Punzones de Carlos IV, usados para Escudos y Reales.
Las funciones del Banco de San Carlos en el mercado internacional fueron en vano ya que por los constantes conflictos bélicos de España los vales perdían más valor en los mercados, sus funciones fueron sustituidas paulatinamente por la Caja de Consolidación y por la oficina del Real Giro.
La Caja de Consolidación comenzó a llevar la importante función de manejo de la deuda pública interna y externa, podría decirse que esta institución funcionaba como el departamento hacendario de la Corona que se coordinaba con los respectivos de cada virreinato.
Respecto a las funciones de deuda externa la contratación de empréstitos se hacía ya desde finales del siglo XVIII con Holanda, aquellos banqueros le solicitaban a la Caja de Consolidación como fianza o respaldo remesas de plata mexicana.
La manera en que lo anterior funcionaba era vía libranzas a cuenta de la Caja de Consolidación sobre las Cajas Reales de México, el periodo más asiduo fue de 1804 a 1808 con hasta 20 millones de pesos (400 millones de reales).
Anteriormente se mencionó la obligación que empezó a tener España con Francia de cederle un subsidio, lo anterior se fundamentaba en el Tratado de San Idelfonso firmado en 1796, que consistió en un pago de 16 millones de reales por mes, fue desde 1804 que Francia exigió de manera oficial el pago de dicho subsidio, incuso exigió el pago de los meses atrasados por 160 millones de reales.
Para lograr las transferencias se contrataron los servicios de la Compagnie des Negociants Reunis encabezada por Gabriel Ouvard, quien a la larga manipuló a la Corona Española para que se endeudara con Francia y Holanda vía los vales de consolidación (respaldado por plata americana).
Ouvard alentó con halagos y regalos a los ministros Españoles a implementar riesgosas reformas financieras, que dependían de gran medida de la posibilidad de disponer de importantes remesas financieras de plata americana.
Para obtener mayor cantidad de recursos Ouvard recomendó extender el programa de Consolidación de Vales Reales a las Américas, lo cual fue aprobado en 1804 y serviría para cubrir las libranzas remitidas desde Europa por Ouvard.
Simultáneamente, y como parte de este pacto, se firmó un contrato privado entre la Caja de Consolidación y Gabriel Ouvard para coparticipar en el comercio americano. Se le entrego al banquero un gran número de licencias que autorizaban la introducción y exportación de plata y frutos en el Puerto de Veracruz en barcos de bandera neutral. Estas extraordinarias concesiones mercantiles que, en principio, otorgaban a Ouvard control sobre gran parte del comercio del puerto novohispano, dieron pie a un repentino auge del “comercio neutral” en Veracruz en los años 1805 a 1808.

Inglaterra controlaba el Atlántico por lo que buques con bandera Española serían hundidos, se necesitaba una firma financiera que cobrara las libranzas en el Nuevo Mundo y transportara los caudales de ahí hasta España, Ouvard fungiendo como intermediario consiguió a la firma Holandesa “Casa Hope” para dicho servicio, empezando así con el apogeo del comercio neutral. La participación de Ámsterdam solo fue con la garantía de plata mexicana.
Inglaterra sabía que el dinero que pasaba por los mares terminaría en las arcas de Napoleón (su enemigo), sin embargo lo permitía ya que la Casa Hope tenía estrechos vínculos con la influyente Casa Bancaria Baring Brothers de Londres. Esta última tenía interés que la plata de Americana llegara a Europa ya que Baring dirigía la Compañía de Indias Orientales que requería un flujo constante de plata para sus transacciones comerciales con Asia.
Inglaterra concedió dos métodos para el comercio, el primero con permisos navales de entrada y salida neutral y el segundo que las mismas fragatas Inglesas atracaran directamente en Veracruz con el fin de cargar causales, un hecho sorprendente considerando la situación política que imperaba.
En 1805 Ouvard y su firma cayeron en bancarrota, emitían demasiadas libranzas que la Caja de Consolidación no podía hacer pagaderas a falta de recursos, por lo que se tenían papeles sin garantía, las deudas superaban los 60 millones de francos.
Dentro de la compleja operación trasatlántica sale Ouvard pero se queda Hope y Barings. Los pagos en vez de hacerse a este comerciante ya que iban directamente a la Tesorería Francesa
El pueblo lo desconocía pero el Virrey Iturrigaray estaba bien enterado del destino de los dineros del pueblo novohispano al enemigo. La promesa era entregar metálico por libranzas, entre 1806 y 1808 el Consorcio Hope/Barings extrajo diez millones de pesos en expediciones en poco más de 70 embarcaciones neutrales e inglesas.

Oro en pasta. Daniel Frank Sedwick, Treasure Auction #25, mayo 2019, lote, #197
Barra de oro en pasta del naufragio del barco “Santa Margarita” de 1622, en Florida, 282 gramos, ley 0.800 (19.5 K), 7.5 cm x 2 cm. Marca de ensayador Fernando Alonso, con sellos de impuestos. Vendido por $28,000 USD
Incluso barcos Estadounidenses salían de puertos norteamericanos con destino a Veracruz y de ahí a Europa, ya que Inglaterra permitía su comercio a diferencia de España.
Existían gravámenes a los buques ya que no solo transportaban plata, también mercancías, los aranceles de importación iban del 3% al 7% este impuesto se denominaba almojarifazgo.
Poco se sabe del lucro indebido que ejercieron los funcionarios públicos con operaciones secretas en comisiones sobre libranzas de Consolidación, incluso al Virrey Iturrigaray se le juzgo por esto años después.
Las mayores mercancías de importación provenientes de la metrópoli a la Nueva España era papel para tabaco (que se provenía de fábricas en América) y azogue para la minería. A diferencia del consorcio Hope/Baring que tenían como finalidad el pago de la deuda española existió otro consorcio que facilito las tareas de comercio y fiscales a nivel trasatlántico; el consorcio Gordon y Murphy que tuvo su clímax entre 1806 a 1810.
El papel fundamental de azogue en la minería se debía a su rol en el proceso de amalgamación y refinamiento de la plata, el azogue no era más que mercurio, se podía prescindir del solo que era más tardado y costoso el proceso. La exportación de azogue era igual de importante que la plata.
El azogue se producía en las minas de Almadén, España. Con el inicio de los conflictos bélicos navales de España de 1706 a 1801 y de 1804 a 1808 el comercio se detuvo por lo que el uso de navíos neutrales resulto ser la solución para no detener el transporte de caudales, que firma que obtuvo contratos más importantes fue Gordon y Murphy encargándose de la exportación y transporte de mercancías esenciales y del regreso de remesas de plata y otros artículos.
La Casa Murphy tiene su origen con los hermanos Tomás y Tadeo Murphy miembros del Consulado de Comerciantes de Veracruz, ambos de origen irlandés.
A diferencia de en años pasados el comercio ahora era privado, en manos de particulares, el comercio no podía parar era necesario para las potencias beligerantes.
Los buques neutrales como ya se comentó eran de nacionalidad Ingles, americano pero también alemanes y daneses. En todos los caso la Armada británica era el que terminaba brindado el visto bueno.
Los navíos norteamericanos destinados al comercio neutral vieron un nicho de mercado en 1798 estaba enroladas 48 naves mientras que para 1801 sumaban 98.
¿Qué pasaba con las embarcaciones apresados por la Armada Inglesa? Varios barcos Españoles lo intentaron con la esperanza de no ser descubiertos, cuando eran capturados los ingleses los remitían a Jamaica, al puerto de Kingston donde sus cargamentos eran rematados, para esto la Real Hacienda autorizaba “rescates” que consistían en que la firma Murphy enviaba expediciones a comprar dichos cargamentos que incluían azogues, papel (para tabaco) y otros productos enviados por la Real Hacienda desde España.

Conferencia: Los metales preciosos en la Nueva España: grupos mercantiles y dinámicas de circulación. El peso fuerte de plata: historia y perspectivas a futuro. Facultad de Economía. UNAM. 2021.
Tomas Murphy tenía bastante éxito con los rescates en territorios ingleses ya que tenía buenos contactos, su hermano, Juan Murphy era socio de una firma comercial importante en Londres.
Mientras que el otro socio William Gordon era miembro del parlamento y aun acaudalado comerciante, juntos conformaban “Gordon & Murphy”
Ambos consorcios mercantiles superaban los 25 millones de pesos en la primera década del siglo XIX en diversas importaciones.
Las ganancias que se llevaban Gordon y Murphy eran de un 11.2% del valor de los metales y mercancías involucradas en el negocio, que se descontaba de los ganancias que percibía la Caja de Consolidación,
Los barcos Europeos procedían de los puertos de Hamburgo, Oporto, Lisboa, Cádiz o Málaga y eran en menor cantidad que los provenientes de Estados Unidos aunque de un tonelaje superior, los navíos norteamericanos zarpaban de Filadelfia, Baltimore y Nueva Orleans. La gran mayoría tenía como su destino el puerto de Veracruz. Los buques neutrales dominaban el comercio neutral. Entre 1806 y 1808 Gordon y Murphy despacharon 38 expediciones.
El poderío de las firmar Hope/Baring y Gordon y Murphy no los llevaba a competir entre ellos o con empresas de menor tamaño, con tal de no saturar el mercado de los mismos productos llegaban a convenios pacíficos, optaban por dividir el mercado entre ellos.
El comercio neutral permitió siguieran accediendo metales preciosos a los mercados europeos y asiáticos.
Otra mercancía de gran importancia que se transportaba era el correo español, que incluso llegaba a hacer escalas en puertos enemigos como Kingston, Jamaica.
De septiembre de 1805 a septiembre de 1806 se efectuaron 364 salidas y entradas del Puerto de Veracruz, ninguno de ellos fue apresado.
La plata mexicana atravesaba un largo camino distribuyéndose a Inglaterra, Holanda, Francia, a pago de acreedores Europeos.
Desde mediados de 1808 se suspendió el comercio neutral por la invasión de la Península Ibérica.
A pesar de la guerra desatada por las fuerzas invasoras francesas sobre la península y el resquebrajamiento de la monarquía imperial las remesas de los tesorerías americanas a la metrópoli no se detuvieron de 1808 a 1811 , estos caudales estaban destinados, inicialmente a apuntalar las juntas patrióticas que surgieron de distintas regiones de España desde junio de 1808, las cuales forjaron alianzas con Gran Bretaña, el que fuera el antiguo enemigo desempeño un papel de importancia al proteger los navíos cargados de remesas
En los años de 1809 a 1811 las transferencias sumaron 25 millones de pesos, compuestos por dos rubros: 10 millones de pesos en donativos y préstamos y 15 millones de recursos fiscales de la Nueva España.
La situación social y política en la Nueva España también estaba en crisis, llegando al punto de que el 15 de septiembre de 1808 se removió al Virrey Iturrigaray por parte de un movimiento encabezado por los grandes mercaderes de la Ciudad de México, liderados por Gabriel de Yermo. Ellos tenían miedo que el virrey se aliara con los miembros radicales del Ayuntamiento para convocar una serie de juntas nacionales encaminadas a declarar un gobierno autónomo de España.
El nuevo virrey impuesto fue Pedro Garibay, ya desde 1805 Iturrigaray fue mostrando distancia y poca simpatía los grupos poderosos de México y Veracruz.

Conferencia: Los metales preciosos en la Nueva España: grupos mercantiles y dinámicas de circulación. El peso fuerte de plata: historia y perspectivas a futuro. Facultad de Economía. UNAM. 2021.
La situación imperante era enviar apoyo urgente al monarca español Fernando VII apresado por Napoleón, los primeros en brindar ayuda fueron la Iglesia y el Tribunal de Minería, lo hizo de manera oficial el 4 de octubre de 1808 mencionando el virrey el dinero se destinaría a la Suprema Junta de Sevilla.
Ante la situación la nueva administración se suspendió la Real Cédula de Consolidación de Vales Reales, lo anterior por obvias razones mejoro las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno, la iglesia giro órdenes para recaudar grandes donativos en 1808 y 1809.
Desde finales de 1808 y en 1809 la agricultura no estaba en su mejor momento así como epidemias mortales, el donativo que pronto se hizo forzoso de nueva cuenta afecto con sus pocos ahorros a las poblaciones indígenas. Los recursos de las Cajas de Comunidades Indígenas de nueva cuenta fueron arrebatados.
Entre 1805 y 1808 las Repúblicas de Indios dieron 750,000 de sus ahorros que no fueron nunca devueltos.
De manera sistemática las comunidades rurales que más trabajan sufrieron una experiencia traumática de pobreza gradual, debilitando las redes crediticias regionales, ya afectadas por la Consolidación.
Aunque no todo se trató de coerción el Consulado de Comerciantes de la Ciudad de México dono gran cantidad de recursos, aunque lo veían como una inversión ya que ellos deseaban conservar sus privilegios políticos y oligopolios económicos. Tras el golpe contra Iturrigaray la elite mercantil capitalina había asumido el poder tras el trono virreinal.
El comercio marítimo solo se permitía con España (excepto cuando hubo comercio neutral, aunque los barcos eran extranjeros el comercio continuaba siendo con España), si los comerciantes perdían su estatus los puertos se abrirían a otras naciones como Inglaterra y Estados Unidos lo que afectaría los grupo dominantes en la Ciudad de México.
Al llegar los navíos ingleses y españoles con urgencia de fondos para financiar la guerra en España en variadas ocasiones el virrey y la tesorería ya no tenían fondos por lo que se veía obligado a solicitar adelantos cuantiosos de los grandes mercaderes ya que eran los únicos individuos que disponían de grandes cantidades de metálico.Entre los muchos prestamos solicitados, gratuitos o con réditos sumaban poco más de 60 comerciantes.
En enero de 1810 se solicitó un gran préstamo por 20 millones de pesos sin embargo las capacidades fiscales de la Nueva España están agotadas al termino de plazo de recolección solo se pudo recaudar cerca de 1 millón de pesos, inclusive cuando lo suscribieron los consulados de México, Guadalajara y Veracruz, además el gobierno aumento intereses a 6% y beneficios, incluso se donaron vajillas familiares en plata a la falta de circulante.
La situación era caótica para 1811:
- Crisis agraria.
- Comercio débil.
- Circulante en bajos niveles.
- Redes crediticias locales destruidas.
La insurrección de Miguel Hidalgo solo vino a intensificar la bancarrota definitiva del gobierno virreinal, esto vino a hacer inevitable el envió de fondos al exterior por el aumento de gastos militares. El último préstamo solicitado a la Nueva España fue en agosto de 1811.
La cantidad de plata remitida de Veracruz a la península en el corto periodo de octubre de 1808 a febrero de 1811 supero los 24 millones de pesos, a razón de casi un millón de pesos por mes, sumas que alcanzan un 50% del total de moneda acuñada en el virreinato durante ese periodo.

8 Reales Zacatecas, realista de 1811, moneda provisional. En enero del 2019 se subasto una moneda de esta categoría por $340 USD (Stack’s Bowers & Ponterio January 2019 NYINC Auction)
Hasta 1811 las fuentes de recursos fiscales más importantes para las sedes de gobierno de Sevilla y Cádiz fueron las remesas americanas, siendo un 75% en 1809. Inglaterra llego a cooperar económicamente así con indumentaria bélica, aunque gradualmente fue bajando el soporte. La Junta de Cádiz reportaba de enero a octubre de 1809 ingresos por 388 millones de reales, la mayor parte a gastos militares. Al caer Sevilla el gobierno se trasladó a Cádiz. Para 1812 las remesas cayeron estrepitosamente en consecuencia de las guerras que afectaron a toda la América Española
En adelante el contacto con la Nueva España y la metrópoli se fue apartando por los problemas que aquejaban en sus territorios a cada estado. En base a todo lo anterior se pueden hacer varias conclusiones:
- La bancarrota de un estado suele estar vinculada a su derrumbe político.
- Las clases acomodadas siempre cooperaron con tal de mantener su estatus.
- La falta de autonomía de los súbditos hispanoamericanos para ejercer su presupuesto propio hizo que cuando México alcanzara su libertad más de tres cuartas partes del país estuviesen en pobreza.
- Las riquezas Americanas se extrajeron no invirtiéndose en territorios locales causando retroceso en múltiples sectores.
- De 1780 a 1810 250 millones de pesos salieron a las Tesorerías de otras colonias y de la metrópoli, 8.3 millones por año, el verdadero precio fiscal de ser una colonia.
- Los problemas sociales afloraron a mayor carga fiscal, gravámenes, donativos y préstamos.
- Las sumas prestadas en su mayoría no fueron devueltas en su totalidad, exigiendo a las tesorerías locales pagaran los préstamos, cuando debió haber sido España.
- Se desvirtuó la función principal de instituciones con tal de sacar recursos destinados a la Corona.
- Nunca se devolvió los capitales a las Repúblicas de Indios.
- En 1813 se planeó una restructuración de la deuda que superaba en la Nueva España 32 millones de pesos.
- Para 1813 aún se debía parte del prestamos de 1782 (habían pasado 31 años).
- Por el movimiento insurgente surgió una “doble fiscalidad” exigían impuestos la Corona y los Insurgentes.
- Gran fuga de capitales.
Total de donativos solicitados en el periodo de estudio (1781-1811) por España a la Nueva España:
| Año: | Monto solicitado: | Monto recaudado (en pesos). |
| 1781-1784 | 1 peso indios y criollos.
2 pesos españoles. |
$843,474 |
| 1793 | 25 a 50 centavos per cápita. | $460,714 |
| 1795 | Un millón de pesos | $701,552 |
| 1798 | 2 pesos jefes de familia.
1 peso castas y mulatos. 50 centavos indios. |
$2,118,914 |
| 1805 | / | $497,557 |
| 1805 | / | $23,764 |
| 1808 | / | $200,000 |
| 1808-1810 | / | $1,941,643 |
| 1810-1811 | / | Sin información. |
Cuando se marca “/” quiere decir que los montos de cooperación son libres.
Principales prestamos de la Nueva España a la Corona Española (1781-1811):
| Año: | Cantidad prestada (pesos): | Garantía: | Interés (redito): |
| 1781-1782 | $1,645,415 | Sin garantía. | Sin réditos. |
| 1782 | $1,00,000 | 4% al impuesto de millar de avería. | 5% |
| 1782 | $1,000,000 | Gravamen de Casa de Moneda | 5% |
| 1783 | $523,376 | Hipoteca de rentas de tabaco | 5% |
| 1786 | $150,000 | 4% al impuesto de millar de avería. | 5% |
| 1790 | $100,000 | 4% al impuesto de millar de avería. | 5% |
| 1793-1794 | $1,559,000 | Libranzas de la real hacienda. | Sin réditos. |
| 1793 | $1,000,000 | 5% al impuesto de millar de avería. | 5% |
| 1793 | $1,000,000 | Gravamen de Casa de Moneda | 5% |
| 1794 | $1,00,000 | Gravamen de Casa de Moneda | 5% |
| 1794 | $1,000,000 | / | 5% |
| 1795-1802 | $15,000,000 (se suscribió $7,172,264) | Hipoteca del ramo del tabaco. | 5% |
| 1798 | $496,366 | Bonos | Sin réditos. |
| 1805-1808 | $10,321,800 | Expropiación de bienes. | 3% |
| 1809 | $3,176,835 | Escrituras de imposición. | 6% |
| 1809 | $1,393,500 | / | Sin réditos. |
| 1810 | $2,010,000 | Rentas de la Real Hacienda por acciones. | 6-8% |
| 1810 | $1,000,000 | / | Sin réditos. |
| 1810 | $2,000,000 | Libranzas. | Sin réditos. |
| 1811 | $2,00,000 | / | Sin réditos. |
El símbolo “/” es que se carece de la información.
Prestamos de la Corona Española contratados en Holanda de 1779 a 1807.
| Año. | Monto. | Interés. | Plazo | Prestamista. | Garantía. |
| 1779 | $2, 000,000. | 3.5% anual. | 20 años. | Echenique, Sánchez & Cía. | Remesas de plata mexicana. |
| 1780 | $2, 000,000. | 3.5% anual. | 20 años. | Echenique, Sánchez & Cía. | Remesas de plata mexicana. |
| 1781 | $2, 298,000. | 3.5% anual. | 20 años. | Echenique, Sánchez & Cía. | Remesas de plata mexicana. |
| 1782 | $3, 000,000. | 5% | 3 años. | Hope & Fitzeauz Grand | Remesas de plata mexicana. |
| 1792 | $6, 00,000. | 4.5% | 9 años. | Hope & Cía. | Remesas de plata mexicana. |
| 1799 | $3, 000,000. | 5% | 8 años. | Weduwe E. Croese & Cia. | Libranzas sobre cajas reales de México |
| 1800 | $2, 500,000. | 5% | 8 años. | Weduwe E. Croese & Cia. | Libranzas sobre cajas reales de México |
| 1801 | $4,500,000 | 5% | 8 años. | Weduwe E. Croese & Cia. | Libranzas sobre cajas reales de México |
| 1805 | $10,000,000 | 5 ½ % | 10 años | Hope & Cia | Libranzas sobre cajas reales de México |
| 1807 | $22,000,00 | 6% | 10 años. | Hope & Cia | Libranzas sobre cajas reales de México |
¿Cómo se solicitaba y adquiría crédito en la Nueva España?
1.- Repartimientos: Eran tiendas oficiales mediante las cuales la Corona a través de unos funcionarios conocidos como Alcaldes Mayores, repartía entre las comunidades indígenas bienes de consumo que debían ser pagados con sus respectivos intereses al término de la cosecha. Generalmente los bienes eran caros, de mala calidad y muy altos los intereses que se cobraban, incluso algunos productos inservibles para el indígena.
2.-Habilitaciones: Muy parecidas a los repartimientos, solo que en manos de particulares. Se supone que el habilitador debía ofrecer un crédito refaccionario en metálico a los campesinos, quienes después de la cosecha le pagarían con módicos intereses, más los prestamos no eran en dinero eran en productos de consumo y el pago se exigía en metálico y con altos intereses.
3.- Tienda de Raya: Este método de crédito existió incluso hasta la Revolución Mexicana. Estas tiendas eran almacenes en las haciendas, ahí todos los trabajadores cobran su salario la “raya” (ponían su firma una raya), más no se les pagaba ya que su mísero salario se le abonaba a su deuda con la tienda, ya que el trabajador compraba obligatoriamente todos su bienes en dicha tienda, y cuando se les pagaba solo podían usar su salario en dicha tienda. Los precios de estos bienes y los intereses sobre el préstamo estaban calculados de tal forma que siempre sobrepasan por mucho la capacidad de compra del salario del trabajador. En la mayoría de los casos la deuda se heredaba a hijos y nietos.
4.- Cajas de Comunidades Indígenas: Eran cajas de ahorro organizadas por la corona, cada miembro de la comunidad aportaba de su salario una parte, este dinero se usaba para pagar impuestos al estado, insumos para la fiesta y festividades religiosas. Esta noble manera de ahorro siempre estaba en riesgo de los ambiciosos caciques y de la iglesia la cual sacaba grandes ganancias al realizar festividades. Para las últimas décadas del siglo XVIII desapareció.
5.- Los Pósitos: Eran almacenes agrícolas donde se acumulaban granos (especialmente maíz y trigo) que los campesinos dejaban en depósito, estos “bancos” prestaban a los campesino granos para siembra o consumo, se hacía un contrato en el cual el campesino de comprometía a devolver lo prestado con un módico interés. Esto era un sistema de crédito refaccionario, desafortunadamente recibió poca atención y no duro mucho tiempo.

2/4 de Tlaco (1/4 Real), Fernando VII, 1814, 11mm Aureo & Calicó S.L. Auction 295 – Floor Auction 5 Jul 2017.
6.- La Iglesia: De finitamente fue una de las organizaciones más ricas por siglos y presto por siglos, al momento de prestar cobraba intereses bajos de solo el 5% anual, el crédito que brindaba se renovaba una y otra vez, más la iglesia era selectiva y no le prestaba a cualquiera, comerciantes, agricultores ricos y hacendados eran sus preferidos. Los préstamos de la iglesia eran hipotecarios, es decir por inmuebles.
7.- El Crédito Piadoso y El Monte de Piedad. : En 1775 se inaugura el Monte de Piedad de Animas, por Don Pedro Romero de Terrenos y tiempo después José Bustamante como socio. Su propósito era fomentar el crédito para “aliviar por la vía del préstamos con un módico interés las necesidades de todos las clases sociales». Poco tiempo después el Monte de Piedad comenzó a trabajar con 300 mil pesos, su funcionamiento era el mismo que hoy en día prestar por prendas, con bajos intereses y con registros por papeletas, esta sociedad nunca persiguió el lucro. Primero se llanos Monte de Piedad de Animas después cambio de nombre al actual.
8.- El Consulado de la Ciudad de México: Los comerciantes acumularon muchas riquezas y se convirtieron en acaudalados hombres de negocios, el Consulado de la Ciudad de México controlaba una gran parte del comercio, este estaba concebido para defender los intereses de los almaceneros. También funcionaba como tribunal. Los comerciantes se organizaban en cofradías (organizaciones gremiales). Esta organización fue proveedora de crédito a la colonia a través de préstamos voluntarios y forzosos, también sus cofradías (integrantes) prestaban al comercio. Para finales del siglo XVII la institución acumuaba mucho poder por lo que la corona a través de las reformas borbónicas intento restarles atribuciones.
9.- El Banco de San Carlos: Fue una entidad bancaria española creada por Carlos III el 2 de junio de 1782. Es interesante mencionar que los recursos de las cajas de comunidades indígenas fueron utilizados para la creación de este banco, así mismo uno de sus objetivos era terminar con el poder del Consulado de Comerciantes, su misión era facilitar el comercio y la pronta expedición de los negocios libero el comercio y apoyo a comerciantes de otras ciudades, emitió vales reales.
10.- El Banco de Avío de Minas (no confundir con el Banco de Avió del México Independiente): Antes que nada en este contexto el a o un “avió” es un producto de Crédito para financiar la adquisición de materias primas y materiales, pago de jornales, salarios y gastos directos de explotación. Y fue en la Nueva España en favor de la minería que se crea en 1783 el Banco de Avío de Minas, esta fue la primera institución de crédito oficial que se estableció en la Nueva España, su objetivo era habilitar y refaccionar a los mineros, su funcionamiento era muy similar al de los bancos moderno, prestaba a los mineros para un buen desarrollo de esta importante rama de la economía novohispana, la minería.
Bibliografia:
- Marichal Carlos, La Bancarrota del virreinato. Nueva España y las finanzas del Imperio Español 1780-1810, (1999), Fondo de Cultura Económica.
- Para la última sección de las diez formas de crédito la fuente es: Carnet, “El dinero de Plástico” México 1990.
- Redacción y síntesis: Pablo Luna Herrera.

